Poco a poco va subiendo el tono de la confrontación política entre los candidatos del PRI, José Antonio Meade, y de Morena, Andrés Manuel López Obrador.

El enfrentamiento que se registró la semana pasada entre los simpatizantes de Meade y los seguidores de López Obrador, afiliados a la CNTE, en Oaxaca, es un evento que no puede quedar en la anécdota porque augura otros choques.

Si el tabasqueño tiene a la CNTE, el PRI tiene en Antorcha Campesina a sus barristas.

Ambos grupos son conocidos por sus métodos violentos de “convencimiento’’; siempre van dispuestos a todo.

Quizá la CNTE tiene mejor organización, pues ha estado practicando casi diario desde hace años a tal punto que desarrollaron una estrategia sólo vista en la guerra de guerrillas de los 70.

Antorcha Campesina, junto con los “Panchos Villa’’ que regenteaba el PRD, son presuntas organizaciones sociales que se han hecho de poder con hechos violentos.

El PRI le escrituró a los antorchistas el municipio de Chimalhuacán, desde hace más de 20 años, y le ha permitido tener “negocios’’ como los mototaxis en casi todo el oriente del Estado de México.

Lo preocupante es que ni Meade ni López Obrador han hecho un llamado a la calma a sus barristas, que ya se quedaron calientes a la espera del próximo encontronazo.

¿Qué pasó con la civilidad política?

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Pasado mañana se registrará el primer debate de interés público entre los candidatos a la Jefatura de Gobierno de la CDMX.

Alejandra Barrales, Claudia Sheinbaum, Mikel Arriola, Purificación Carpinteyro y Marcos Rascón se presentarán en sociedad para conocer sus propuestas de gobierno.

Evidentemente que la atención se centra en el duelo que traen desde algunos meses Barrales y Sheinbaum, quienes puntean las encuestas, seguidas de Arriola que avanza, pero aún se mantiene lejos de ambas.

Barrales ha cuestionado el hecho de que la candidata de Morena obedece a los designios de un solo hombre –ya saben quién- y le ataca con el asunto del Colegio Rébsamen.

La morenista, en cambio, cuestiona a Barrales por las propiedades que le han descubierto y el origen de los recursos para adquirirlas.

Se prevé un buen agarrón.

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Para que vean que el populismo no es exclusivo de la izquierda, ahí está el derechista Javier Corral.

El gobernador de Chihuahua ofreció una segunda “asamblea informativa’’ a los chihuahuenses, para quejarse de las maniobras de la Federación que le quitó a la Procuraduría estatal la investigación del desvío de dinero del estado al PRI.

Evidentemente, Corral se hizo acompañar de las “fuerzas vivas’’ del estado, empresarios, activistas y miembros prominentes de la Iglesia, quienes respaldaron al panista.

“No nos vamos a dejar’’, dijo.

¿Les suena la frase?

Y mientras Corral casi casi convocó a la insurrección, los maestros estatales preparan, a partir de mañana, un paro indefinido por la falta de cumplimiento de los acuerdos entre magisterio y gobierno.

Corral dirá que es otra estrategia “del centro’’ para perjudicarlo, pero la verdad es que mucho antes de la resolución del juez que federalizó el caso de los desvíos y antes igualmente de la asamblea de ayer, los maestros habían decidido el paro.