El titular de la Secretaría de Economía (SE), Ildefonso Guajardo Villarreal, pidió esperar a que Estados Unidos dé a conocer la decisión final que tomará para responder, “sin descartar ninguna opción”, a la aplicación de aranceles a las importaciones de acero y aluminio.
“Una vez que tengamos claridad de cuál será la decisión de la Casa Blanca, estaremos en posición, sin descartar ninguna opción, de responder a lo que finalmente decidan”, argumentó el funcionario federal en rueda de prensa.
Al término de la conferencia ministerial de la séptima ronda de renegociaciones para modernizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), realizada durante nueve días en la Ciudad de México, apuntó que si bien la medida propuesta a la sección 232 llegó en un momento correcto, es una “acción inadecuada”.
De la propuesta que sugiere imponer impuestos de 25 por ciento al acero y 10 por ciento al aluminio, indicó, México debe ser excluido porque simple y sencillamente se trata de una de las regiones más integradas en el mundo.
Mencionó que México compra más acero del que le vende a Estados Unidos, y de ahí que en la balanza comercial “somos deficitarios por dos mil millones de dólares”.
Sin embargo, agregó que la posible imposición de la Casa Blanca traería un “efecto distorsionador” a la generación de cadenas de valor en Norteamérica, una región que en la actualidad busca modernizar el acuerdo trilateral.
“En las guerras comerciales, a diferencia de lo que pueda creerse, todo mundo pierde”, enfatizó el encargado de la política económica, al señalar que lo inteligente de ello es cómo evitarlas, para lo cual es necesario “ser bastante creativo, y poder entender y olfatear las cosas”, manifestó.
Guajardo Villarreal indicó que si ello hubiera contaminado la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), a ninguno de los tres países le hubiera servido, por lo que es necesario responder en el campo en el que se combate.
Dejó en claro que el gobierno de México no está dispuesto a ceder en alguno de los temas que se discuten en el acuerdo comercial, con 24 años de vigencia, u otros sectores, y que este asunto deber tener una solución porque es lo mejor para la industria del vecino país del norte.
“Si el escenario no es favorable, nosotros tendremos que tomar decisiones”, sostuvo el secretario de Economía, al insistir en que es indispensable esperar a tener los detalles claros de la propuesta anunciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la semana pasada.
“Hemos aprendido en un año a que no hay que reaccionar a tuits, sino a decretos completos”, indicó, luego de sostener reuniones bilaterales y trilaterales con la ministra de Relaciones Exteriores, Chrystia Freeland, y el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer.
Por su parte, Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Consultivo Estratégico de Negociaciones Internacionales (CCENI), confió en que esta medida no sea un factor contaminante para el avance de la modernización del TLCAN, al ser socios comerciales.
“Tenemos la relación y la conformación de unas cadenas de valor tan importantes en la industria del acero, combinada incluso con el (sector) del aluminio, para la industria automotriz, electrónica y distintas manufacturas, que sería perjudicial si México y Canadá son incluidos”, añadió.
Consideró que subir los aranceles a dichos metales tendría un fuerte impacto en la economía, los empleos y la inversión de las industrias del aluminio y el acero.
aarl