En la lógica priista no existe Ricardo Anaya.

 

No como contendiente para la Presidencia.

 

Y si Anaya no existe quien a sangre y fuego se deshizo de propios y ajenos, tampoco la alianza Por México al Frente.

 

Ésa es la estrategia.

 

Todo a partir del famoso tracking, como se denomina esa medición cotidiana para saber cuál es el movimiento de las tendencias.

 

Según ellas, la sociedad PAN-PRD-MC no tendrá ninguna opción de victoria el 1 de julio próximo.

 

Dicho en términos prácticos, el objetivo es generar en el ánimo ciudadano una contienda entre dos, entre José Antonio Meade y Andrés Manuel López, para polarizar y ganar adeptos.

 

¿Cómo?

 

Similar a lo sucedido en 2000 y 2006 con el llamado voto útil, como lo bautizaron varios intelectuales con Adolfo Aguilar Zínser y Jorge Castañeda a la cabeza.

 

En 2018 la idea desde el gobierno y del PRI es acercar para sí el voto anti Peje y al panismo desencantado con Anaya y sus traiciones ideológicas y políticas.

 

EL FRENTE QUIERE VERSE EN LOS TERCIOS

 

En el grupo de Ricardo Anaya el objetivo es distinto.

 

Cierto, se les han caído muchas negociaciones porque perredistas, emecistas y dirigentes panistas en estados y municipios no ven identidad ideológica ni proyecto allende las ambiciones personales.

 

Además, desde la ciudad las huestes de Ricardo Anaya (Damián Zepeda sólo le administra el despacho), Dante Delgado y Los Chuchos y Miguel Mancera (antes Alejandra Barrales, hoy Manuel Granados) niegan participación a cuadros regionales.

 

Estos desplazamientos enojan a los aspirantes y confunden a la militancia.

 

La alianza Por México al Frente ha tenidos dos momentos.

 

En un principio generó esperanzas –“vas a ver que la contienda va a ser entre Andrés y nosotros, no entre el PRI y El Peje”, me dijo entonces Jesús Ortega-, pero dejaron pasar su momento.

 

En julio se sabrá si lo perdieron cuando rechazaron la candidatura de Ricardo Monreal y apostaron por la incierta postulación de Alejandra Barrales, hoy en imperceptible contienda con Armando Ahued y Salomón Chertorivski.

 

Hubieran roto el esqueleto electoral de Andrés Manuel López donde más le duele, la Ciudad de México, amén de cerrarle Zacatecas y otros espacios donde Monreal ha sido operador para la causa pejista: Estado de México, Tabasco, Veracruz…

 

Y EL PEJE INTENTA EVITAR UN TÊTE À TÊTE

 

Si Ricardo Anaya apuesta a los tercios, lo mismo sucede con Andrés Manuel López.

 

El tabasqueño ha vivido dos experiencias en 2006 y 2012: va bien posicionado, pero sus errores y la polarización le han impedido ganar su pase a Palacio Nacional.

 

Por ello, hoy anhela una contienda entre tres –los candidatos independientes no cuentan en su cuenta- y para eso necesita en buena posición a los abanderados presidenciales del PRI y del Frente.

 

Lo sabe perfectamente: el sistema gobierno-PRI posicionará a José Antonio Meade, pero sus posibilidades de triunfo se reducirán si se rezaga Anaya como Josefina Vázquez Mota en 2012.

 

Pero si el queretano sigue a la baja, entonces el músculo sectorial de los priistas y el voto útil llevarán la contienda a donde la quiere el PRI-gobierno, a sólo dos presidenciables: López y Meade.

 

JMSJ

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