Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) hallaron carne de caballo presente en muestras crudas y cocidas vendidas como carne de res o etiquetadas de manera imprecisa en carnicerías, mercados y puntos de venta informales como tianguis en seis ciudades mexicanas.

 

El estudio, encargado por Humane Society International, también encontró altos niveles de clembuterol en algunas muestras de carne cruda.

 

El clembuterol es un medicamento veterinario prescrito comúnmente para caballos, y no está aprobado para animales de consumo humano debido a que puede ser dañino para las personas.

 

 

Los investigadores estudiaron 433 muestras de carne cocinada y cruda, y encuestaron a 339 vendedores. Más de 40 de las muestras recolectadas arrojaron resultados positivos para carne de caballo. Los investigadores también analizaron la presencia de clembuterol en 29 de las muestras que resultaron positivas para carne de caballo (solo la carne cruda pudo analizarse para clembuterol) y encontraron concentraciones significativas del fármaco.

 

El estudio únicamente analizó muestras para detectar la presencia de clembuterol, pero otras sustancias tóxicas pueden haber estado presentes.

 

Los caballos a menudo reciben múltiples sustancias químicas que se sabe que son peligrosas para los humanos, no han sido probadas en humanos o están específicamente prohibidas para su uso en animales criados para consumo humano.

 

Además de los efectos sobre la salud que puede implicar el consumo de caballos no criados para ser consumidos, la industria del sacrificio de caballos suele ser cruel. Los caballos no deseados, anteriormente utilizados en carreras o como acompañantes, se venden a los exportadores que luego los transportan largas distancias, a menudo en condiciones de calor extremo, con poca o ninguna comida, agua o atención veterinaria.

 

 

JMSJ