La semana próxima, las negociaciones en torno al Tratado de Libre Comercio de América Latina (TLCAN) tendrán nuevamente como sede un hotel de la cadena Marriot, administrada por Arne Sorenson, quien abiertamente se ha declarado en contra de la políticas migratorias y diplomáticas del presidente Donald Trump.

 

La primera ronda de negociaciones del TLCAN tuvo como sede el hotel Wardman Park, en Washington, pertenciente al grupo Marriot; la cuarta será en Arlington, Virginia, en el Sheraton Pentagon, también integrante de la mayor cadena hotelera del mundo, con más de cinco mil establecimientos en el mundo.

 

En un ambiente cada vez más incierto, los negociadores de México, Estados Unidos y Canadá se sentarán nuevamente, del 11 al 15 de octubre, ahora en alguno de los salones del hotel donde buscarán entrar a los temas más complicados, después de tres rondas previas en las que los avances han sido limitados.

 

El Representante Comercial de EU dio a conocer que será el anfitrión y que se ha designado como sede de las conversaciones el mencionado hotel, a poco más un kilómetro de la sede de El Pentágono, separado apenas unos cinco kilómetros de la Casa Blanca, en el vecino Washington, DC.

 

Sheraton, junto con Ritz-Carlton y Le Meridien, se integraron en el tercer trimestre de 2016 a la cartera de marcas de Marriott, después de que ésta cerró la compra de la estadounidense Starwood Hotels & Resorts Worldwide, y se convirtió en la mayor cadena hotelera del mundo.

 

Unos meses antes, como resultado del acercamiento entre Barack Obama y el gobierno de Raúl Castro, Starwood se había convertido en la primera cadena hotelera estadounidense en llevar su marca a Cuba desde la expropiación de propiedades a empresarios de ese país con el triunfo de la revolución castrista, en 1959.

 

El cambio en la política del gobierno estadounidense hacia la isla con la llegada de Donald Trump no agradó a los dueños ahora de la marca. Arne Sorenson, consejero delegado de Marriot, instó a mediados de junio pasado al gobierno estadounidense a mejorar las relaciones con Cuba.

 

Antes, en abril, el consejero delegado de la cadena hotelera expresó en una carta pública su disgustó por la política migratoria del presidente Trump, a quien acusó de dañar al sector hotelero del país con las restricciones que prohibían la entrada a ciudadanos de siete países, principalmente musulmanes.

 

aarl