El desastre provocado por el sismo del jueves anterior en los estados de Chiapas, Oaxaca, Tabasco y una parte de Guerrero, así como los estragos de la tormenta tropical que azotó Veracruz el fin de semana son dos variables que se sumarán a la discusión del presupuesto para el próximo año.

 

Tan sólo en Oaxaca se contabilizaron más de 40 mil viviendas dañadas; la mayoría de ellas sujetas a derrumbarse por los daños estructurales que sufrieron.

 

Y aunque el número de hogares con daños en los otros estados es menor, se estima que en conjunto podría haber entre 50 y 60 mil casas habitación inservibles.

 

Calcule usted cinco habitantes, en promedio, por vivienda, para que tenga idea de la magnitud de la desgracia.

 

Ni modo que el gobierno pueda desestimar esta tragedia durante la discusión presupuestal.

 

Los daños han sido tales que con los recursos presupuestales sobrantes para lo que queda de este año no se alcanza a reparar ni 5% de las viviendas dañadas.

 

A ver si los partidos políticos se ponen de acuerdo aunque sea en este tema, a la hora de repartir el paquete presupuestal 2018.

 

 

¿De verdad no hay una autoridad que castigue el aprovechamiento político de una tragedia?

 

Seguramente usted también se indignó con las fotos que circularon en las redes sociales en las que se ve a camionetas con placas de Veracruz presuntamente repartiendo víveres, de las que colgaba una lona azul con la leyenda YUNETE, con la Y estilizada.

 

Supuestamente se trata de una fundación de la familia Yunes, la que gobierna el estado, que se “solidarizó’’ con los afectados por el temporal.

 

Lo que es el oportunismo político y la miseria de lucrar con la necesidad.

 

No se vale.

 

 

Muchos comentarios y cuchicheos despertó el hecho de que el representante presidencial en el Primer Informe de gobierno de Carlos Joaquín, gobernador de Quintana Roo, haya sido el director del ISSSTE, José Reyes Baeza, y no un secretario de Estado, como es la costumbre.

 

Aunque la ausencia de un miembro del gabinete legal, no del ampliado, se trató de justificar por la emergencia derivada del sismo de la noche del jueves, muchos políticos locales, sobre todo los de oposición que llevaron al gobierno a Carlos Joaquín, lo tomaron como una falta de respeto.

 

Y el asunto no tiene que ver con Reyes Baeza, ex gobernador de Chihuahua y por lo tanto entendido del protocolo en los informes de gobernadores, sino con el hecho de que no hubo una explicación oficial de lo que fue tomado como una afrenta política.

 

Pero eso no ocurre, jamás, en México.

 

 

Un mensaje en Twitter, originalmente atribuido al escritor Francisco Martín Moreno (si no es el autor, ofrezco una disculpa), sobre la tragedia en Oaxaca causó revuelo en la Red.

 

“¿Y dónde están los valientes y heroicos maestros de la CNTE Sección 22? ¿Levantando escombros? ¿Alimentando a los damnificados? ¿Reconstruyendo la ciudad? ¡Ah no! Eso lo están haciendo los asesinos y represores soldados del maldito Ejército Mexicano’’.

 

Luego de la publicación del mensaje, la CNTE subió fotos de autos con el parabrisas pintado que decían “Sección 22, con ustedes. No están solos’’ en los que supuestamente recolectaban víveres para los damnificados.

 

Por lo menos, al parecer, el mensaje sí les llegó.

 

caem