Un Airbus A320 logró aterrizar, gracias a la destreza del capitán Alexander Akopav, en medio de un “bombardeo” de granizo que le destruyó la nariz a la aeronave.

 

El aterrizaje fue casi a ciegas, pues la tormenta se caracterizó por los granizos del tamaño de una pelota de golf según reporte de medios locales, que destacaron la maniobra en el aeropuerto Ataturk de Turquía.

 

Testigos publicaron fotos y videos del incidente que no dejó víctimas pero que aterrorizó a pasajeros y quienes lo presenciaron.

 

El capitán Alexander Akopov recibirá la “Orden del Coraje” del gobierno ucraniano por su heroísmo.

 

dca