Llegar a una final es un gran logro, pero si se vuelve algo recurrente y no se consigue un título, se puede convertir en el eterno perdedor. Lo anterior le está pasando a LeBron James, a quienes muchos ya le dicen el Cruz Azul de la NBA. En el quinto partido ante los Warriors, vio como se le esfumaba de las manos por quinta ocasión el trofeo Larry O’Brien.

 

Antes de que comenzaran las finales ante Golden State, mucho se habló de las estadísticas del hombre de 32 años; también se abrió una discusión si tiene merecimientos suficientes para estar al lado de Michael Jordan, Kobe Bryant o Larry Bird; otro tema era una posible maldición, pero lo cierto de todo esto es que los números son fríos y James ha llegado a ocho series por el campeonato y tiene un balance de tres victorias por cinco descalabros.

 

Michael Jordan se retiró del baloncesto con 24 duelos ganados y apenas cayó en nueve, pero un dato que impresiona a cualquiera, es que jamás se fue a un séptimo y definitivo encuentro. Seis series disputadas y el mismo número de campeonatos.

 

Kobe Bryant llegó a siete definiciones por el máximo galardón, terminó como vencedor en cinco y cayó en un par de ocasiones. Fue siempre dominante y superó varios veces los 40 puntos en los últimos encuentros de la temporada.

 

El caso de LeBron es singular, porque siempre es el jugador con más puntos en sus quintetas en las finales, tiene nueve partidos con la famosa triple decena (10 o más puntos, rebotes y asistencias), lo cual es un récord personal en la NBA, pero a la hora definitiva, sólo levantó el Larry O’Brien tres veces y ante Curry y compañía perdió su quinta serie y entró a la selecta lista de los más perdedores en la serie final.

 

Pero no todo está perdido para el 23 de Cavaliers, a pesar de que llegó a 27 derrotas en la última serie del año, Jerry West tiene el “honor” de ser el más perdedor con 33 descalabros y apenas se hizo de una corona de la NBA.

 

Le quedan varios años en activo a LeBron James y todavía puede revertir las estadísticas anteriores, pero las cinco caídas, quedarán para la eternidad.

 

aarl