Inmutable, con gran seguridad, James Comey, ex Director del FBI redobló sus ataques contra Donald Trump, acusándolo de mentir sobre la razón de su despido y de difamar al FBI y a él.

 

Trump respondió indirectamente el testimonio de Comey en un evento de la Coalición de Fe y Libertad, en Washington, en que recitó el Salmo de Isaías 1:17 sobre “hacer lo adecuado, justo y en defensa  de los oprimidos”.

 

“Intereses atrincherados y voces del fracaso en Washington harán cuanto puedan para tratar de detenernos de causas justas, para tratar de detenerlos a todos ustedes. Ellos mentirán, obstaculizarán, diseminarán el odio y prejuicios, pero no retrocederemos, porque es lo adecuado …”, dijo.

 

Tras la magistral jugada de Comey, de difundir un día antes su mensaje de apertura de la audiencia de este jueves, neutralizando el intento republicano de restarle credibilidad con el testimonio de los líderes de agencias de Inteligencia norteamericana que -sin invocar privilegio ejecutivo ni razones de información clasificada- rehusaron responder preguntas de frustrados y furiosos senadores republicanos y demócratas, sobre sus conversaciones con Trump, en su exposición citó las contradicciones documentadas:

 

“Repetidamente me dijo que mucha gente le habló acerca de mí, incluyendo al Procurador Jeff Sessions diciéndole que yo hacía un gran trabajo, extremadamente bien visto en el FBI” dijo Comey en la esperada audiencia del Comité de Inteligencia del Senado.

 

“Por eso, me tomó por sorpresa y me confundieron los argumentos de la carta despido, las declaraciones de la Casa Blanca y del Presidente mismo en televisión, cuando la verdad es que mi salida fue a causa de la investigación sobre la injerencia rusa en la elección presidencial y por decisiones que tomé durante la elección” dijo Comey.

 

“Sé que fui despedido porque la forma en que conduje la investigación de Rusia puso presión (sobre Trump)” dijo, insinuando, sin afirmar, que el Presidente posiblemente obstruyó la justicia con su despido, lo que, dijo, deberá determinar en su caso un Gran Jurado.

 

Expresó que hizo los memorandos de sus reuniones con Trump porque estaba “honestamente preocupado” de que, estando a solas, el Presidente podría mentir sobre el contenido de las conversaciones.

 

El senador Mark Warner de Virginia acusó a Trump de “violar las claras guías heredadas de Watergate, sobre la interferencia política de la Casa Blanca en investigaciones del FBI”.

 

Ante un salón abarrotado, con cámaras de televisión y docenas de periodistas nacionales e internacionales que transmitieron en vivo, Comey acusó también a Trump de “difamar al FBI y a él”, luego de su salida, como describió en los memorandos que entregó a un amigo, “porque pensó serían necesarios si se nombraba un Fiscal Independiente para investigar a la Administración”.

 

“La Administración buscó difamarme y lo más importante, al FBI, diciendo que la agencia era ‘pobremente liderada’ y eso son, plana y simplemente, mentira”.

 

La Casa Blanca rechazó los cargos a través de Mark Kazowitz, abogado personal de Donald Trump, quien sin refutar la versión de Comey, se limitó a decir que el ex Director del FBI “solo confirmó públicamente lo que dijo en numerosas ocasiones al Presidente de que no está bajo investigación en la interferencia rusa”.

 

El abogado citó que ningún voto se cambió como consecuencia de la injerencia Rusa, que Trump nunca sugirió que Comey dejara de investigar a Flynn y nunca obligó a nadie a realizar nada inmoral, ilegal o contra la ética, como, dijo, confirmaron los líderes de la comunidad de Inteligencia en la audiencia del miércoles pasado.

 

“En suma” dijo Kazowitz, “ahora se establece que el presidente no es investigado por obstruir ninguna investigación y se siente totalmente reivindicado para trabajar en beneficio del país, sin esta nube”.
Y reviró la acusación a Comey aseverando que sólo trató de debilitar la Administración de Trump y filtrar información.

 

Aunque la Casa Blanca lo negó, el presidente Donald Trump siguió la comparecencia, absteniéndose de reaccionar a través de Twitter, mientras sus aliados, en programas de televisión y otros medios trataron de contrarrestar el demoledor efecto de las declaraciones de un carismático y respetado James Comey.

 

Este testimonio de Comey, llevaron a recordar históricas audiencias como la del Teniente Coronel Oliver North, durante el escándalo de Irán-Contras (Irangate); la de Anita Hill, sobre la nominación de Clarance Thomas, Magistrado de la Suprema Corte de Justicia; pero más, como las audiencias previas al estallido del escándalo de Watergate, que forzó la renuncia del expresidente Richard Nixon, que estaba bajo juicio político, dijo el periodista Carl Bernstein, quien con Bob Woodward, destapó ese escándalo.

 

El destituido Director del FBI aseveró que le gustaría que existieran las grabaciones que dijo Trump había en la Casa Blanca, para que se conozca la verdad.

 

A lo largo de la audiencia, legisladores republicanos y demócratas cuestionaron y trataron de interpretar las declaraciones de Comey, sus memorandos y acciones de Trump, para determinar si hubo obstrucción de la justicia, mientras senadores republicanos trataron de restar credibilidad al ex Director del FBI.

 

aarl