El deterioro de la calidad del aire en la Zona Metropolitana del Valle de México se relaciona con diferentes factores, como la densidad poblacional, el nivel de desarrollo económico, el consumo energético, la industrialización, el volumen de emisión de contaminantes, la química de la atmósfera, los incendios forestales, quemas agrícolas y las condiciones meteorológicas, entre otros.
Ante esta problemática, los tres niveles de gobierno deben asumir las tareas que les corresponden: monitoreo de la calidad del aire, conservación y cuidado de los recursos naturales, reducción de emisiones precursoras de ozono, partículas suspendidas y gases de efecto invernadero, así como el control de incendios forestales y la protección a la salud de la población.
Se han realizado esfuerzos importantes en la reducción de emisiones por combustión vehicular, pero además de estas medidas, se ha elaborado una serie de recomendaciones necesarias para abatir esta grave situación de salud pública:
Reducir emisiones por combustión residencial (quemado eficiente en calentadores de agua, uso de energías alternas para calentamiento de agua, reducción de fugas de gas LP, entre otras), así como controlar las emisiones de compuestos orgánicos volátiles.
Establecer políticas públicas acerca de la utilización y las emisiones de las motocicletas.
Incrementar la movilidad por medio de la sincronización de semáforos.
Aumentar la frecuencia y el número de vehículos de transporte colectivo.
Reconsiderar la entrada a clases y trabajos de forma escalonada.
Reubicar a los trabajadores, tanto en la iniciativa privada como en el sector estatal, en sucursales cercanas a sus viviendas, y hacer un ordenamiento territorial.
Realizar una verdadera gestión ambiental a nivel de cuenca atmosférica en el Valle de México.
Revisar las normas oficiales de calidad del aire y el diseño de planes de contigencia adecuados a las condiciones locales.
Contribuir como sociedad mediante la modificación de los estilos de vida, y exigir y ser corresponsables en la protección del ambiente.
Las condiciones meteorológicas en el centro del país en los últimos días han mostrado la presencia de un sistema de alta presión sobre la meseta central, hecho que ha ocasionado una atmósfera estable con cielos despejados, temperaturas relativamente altas para la media típica del Valle de México y vientos débiles que no han permitido la ventilación de contaminantes. Todo esto ha favorecido la producción fotoquímica de contaminantes secundarios como el ozono, los cuales alcanzan sus valores máximos después del mediodía.
De acuerdo con datos de la Red Automática de Monitoreo Atmosférico sobre la calidad del aire y las condiciones meteorológicas, el 15 de mayo se rebasó el nivel de 150 del Índice Metropolitano de la Calidad del Aire (Imeca) de ozono, aun cuando fue un día sin actividad escolar por ser festivo.
Los días subsecuentes, del 16 al 21 de mayo, ya con la aplicación de la Fase 1 de la contingencia ambiental, que reduce la circulación vehicular, se rebasaron de nuevo los 150 Imeca, con niveles mayores al registrado el 15 de mayo. Esto por un fenómeno meteorológico común: un sistema de alta presión que ha estado presente desde el 15 de mayo y ha influido en los niveles de calidad del aire.