De acuerdo a la Procuraduría General de Justicia (PGJ capitalina), John Rock Schild, como dice llamarse el hombre que atacó a un párroco en la Catedral Metropolitana, padece un trastorno mental, según constataron estudios practicados en el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez, de la Secretaría de Salud Federal.

 
Luego de su detención, durante las diligencias practicadas por el médico legista, el presentado se negó a que se le realizara su previa valoración; sin embargo, el galeno hizo una serie de apreciaciones, en las que percibió que el individuo no se encontraba bajo sustancias tóxicas o en estado de ebriedad, por lo que sugirió una revisión psiquiátrica en un hospital del sector salud.
Como resultado de los estudios practicados, el médico psiquiatra que lo valoró, señaló las siguientes observaciones, con carácter de conclusión:

 

 

1.- El individuo padece un trastorno mental, denominado Trastorno Psicótico, de origen a determinar

 
2.- No se encuentra apto para rendir declaración ante autoridad ministerial y/o judicial

 
3.- No tiene la capacidad para entender el carácter ilícito de un hecho, así como de conocer y querer realizarlo

 
4.- En el caso que el presentado sea trasladado a un centro penitenciario, se ha instruido que reciba atención psiquiátrica y se valore la instalación para su tratamiento.

 

 

Con esta valoración psiquiátrica, así como todos los elementos de prueba que obran en la carpeta de investigación, el agente del Ministerio Público a la brevedad, solicitará en audiencia inicial ante un Juez de Control en turno, la medida cautelar que le corresponda al presentado, con la petición de que sea ingresado en el Centro Varonil de Rehabilitación Psicosocial, en el Reclusorio Preventivo Varonil Sur, para el tratamiento que le corresponda.

 
Mientras tanto, su víctima, el sacerdote Miguel Ángel Machorro, se debate entre la vida y la muerte en el hospital, pues la mala fortuna quiso que fuera él quien oficiara misa la tarde del lunes pasado.
El párroco Miguel Ángel no es habitual de Catedral Metropolitana. Regularmente, su labor en al interior de la Iglesia Católica transcurre en Coyoacán; sin embargo, fue trasladado recientemente a la catedral para apoyar a tareas ordinarias como las misas vespertinas, mientras los obispos auxiliares de la Arquidiócesis se concentran en la administración.

 
Por eso el lunes oficiaba la misa de las 18:00 horas, la última en días ordinarios. Fue durante la parte final de la ceremonia, mientras Machorro realizaba los ritos de la eucaristía en el altar mayor, cuando un sujeto de mediana edad se acercó al sacerdote.
De manera sorpresiva, el hombre sujetó al párroco para someterlo, lastimándolo de las cervicales, y así lo apuñaló dos veces: una en el pecho, cerca de los pulmones, y la otra en el cuello, ocasionándole una hemorragia intensa.

 
Tras el ataque, el agresor trató de huir, pero fue detenido por los elementos de la Policía Federal, mientras los propios feligreses brindaban atención al sacerdote. De ahí el drama se dividió en dos escenarios.

 
El primero fue el de lo sucedido a Machorro. La hemorragia cubrió de rojo su sotana ante la importancia de los fieles para detenerla; la ventaja de estar en Catedral fue que la comunicación con el gobierno de la Ciudad de México fue de inmediata para la atención médica de emergencia.

 
Así, personal de emergencias llegó con rapidez para estabilizarlo y, minutos después, arribó un helicóptero de la Secretaría de Seguridad Pública, que trasladó al herido al Hospital Ángeles Mocel, donde fue intervenido para salvarle la vida.
“Ya está fuera de peligro, está en el área de terapia intensiva”, aseguró ayer Hugo Valdemar.

 
Mientras eso pasaba, la Policía Federal retenía al agresor, pero de ahí se soltó una lluvia de confusión afirmativa. Mientras que los primeros informes aseguraban que se trataba de un francés, versión respaldada por la Comisión Nacional de Seguridad, otros afirmaban que se trató de un ataque terrorista perpetrado por un yihadista, lo cual fue descartado.

 

 

Sin declaración del agresor
En tanto, el detenido, quien es asistido por un defensor de oficio, se ha reservado su derecho a declarar y mantiene la negativa para que se le practique la toma de huellas dactilares, por lo que se solicitó audiencia ante un Juez de Control, a fin de que éste autorice la realización de esta prueba, a efecto de poder determinar su identidad.
Derivado de la investigación, en presencia del agente del Ministerio Público, el implicado hizo mención de ser un actor norteamericano, por lo cual se solicitó a la embajada de Estados Unidos confirmar o descartar lo mencionado.
Asimismo en redes sociales, se registró la versión de que pudiera tener la nacionalidad francesa, motivo por el cual también se pidió a la embajada de Francia confirmar o descartar esta circunstancia.
Además, se requirió a la delegación de Migración en la Ciudad de México, información sobre el posible ingreso con el nombre que proporcionó ante el agente del Ministerio Público, señalando que hasta el momento, en su base de datos, no registra ingreso al país de algún extranjero con el nombre proporcionado.

 

 

Iglesia pedirá más policías federales en la Catedral
Tras el ataque que sufrió el sacerdote Miguel Ángel Machorro durante la misa vespertina en Catedral Metropolitana, el vocero de la Arquidiócesis Primada de México, Hugo Valdemar, dijo que solicitarán la ampliación de los elementos de la Policía Federal para la seguridad del templo católico.
“Ahora no estamos tan de acuerdo que se instauren medidas como revisiones en la entrada, sino más vigilancia de la policía al interior, más de los seis elementos que hay, es lo que se necesitará en dado momento; porque tampoco podemos encapsularlos (a los fieles), el ministerio exige la cercanía a la gente, no podemos”, dijo Valdemar.
Hasta ayer, ni la Arquidiócesis Prima de México ni la Procuraduría General de Justicia han determinado el móvil del ataque; versiones de que se trató de un ataque terrorista fueron rechazadas por ambas instancias