WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, inicia esta semana con varios retos tras el despido de James Comey como director del FBI y que incluyen el nombramiento del sustituto.
El anuncio hecho el martes pasado ha provocado una crisis en el Gobierno de Trump, sobre todo por las contradicciones de la Casa Blanca al explicar la decisión del mandatario y las supuestas grabaciones de conversaciones privadas entre el magnate y el entonces jefe del FBI.
Comey investigaba al frente del FBI la presunta intromisión rusa en las elecciones de noviembre pasado en EU, así como los posibles lazos de la campaña de Trump con el Kremlin, conocido como Rusiagate.
Los demócratas reiteraron el pasado fin de semana la urgencia de que se nombre a un fiscal especial independiente para investigar el caso.
El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, sugirió en una entrevista con CNN que es partidario de apoyar un bloqueo a la nominación de un nuevo director para el FBI hasta que se designe a ese fiscal independiente.
“Creo que hay muchos demócratas que se sienten de esa manera”, dijo Schumer al agregar que prevé hablar de esa medida de presión con el resto de senadores de su bancada.
Trump comentó el sábado pasado que quiere nominar “rápido” a un nuevo director para el FBI, un cargo que requiere confirmación del Senado, y precisó que es posible que eso ocurra incluso antes del próximo viernes, cuando él partirá a Arabia Saudí en su primera gira internacional.
Según un sondeo de la cadena NBC y el diario “The Wall Street Journal” dado a conocer ayer, un 78 % de los estadounidenses cree que un fiscal especial o una comisión independiente deberían dirigir de ahora en adelante la investigación sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones de 2016.
Trump no ha querido confirmar si tiene grabaciones de las conversaciones que mantuvo con Comey, al ser cuestionado en una entrevista con la cadena Fox por un tuit que envió el viernes y en el que dijo que “más le valía” al exdirector del FBI que no hubiera “cintas” de esas charlas, “antes de que él empiece a filtrar a la prensa” su versión de los hechos.
Ajustes en puerta
El presidente Donald Trump está considerando una reorganización de su equipo de asesores más cercanos, además de suspender las conferencias de prensa.
Están en la cuerda floja el jefe de gabinete de Trump, Reince Priebus; su estratega principal, Steve Bannon, y su secretario de prensa, Sean Spice, según la web de noticias Axios, que cita a fuentes anónimas de la Casa Blanca.
Mientras que Trump dio a conocer a través de Twitter que sería mejor cancelar las conferencias.