Desde el propio búnker del PRI nacional ven con preocupación las vicisitudes por las que atraviesa Alfredo del Mazo Maza para la conformación de su equipo de campaña.

 

Primero se dijo que Luis Videgaray imponía a su gente en los lugares clave, como fue el caso de Alejandra del Moral al frente del PRI estatal; de Alejandra Sota en el área de Comunicación, y lo fue también –aunque sólo duró dos semanas- Sandra América Rodríguez, ex jefa de Prensa en el SAT.

 

Luego resultó que Eruviel Ávila tomó las riendas, quitando y poniendo a su gente para ayudar al candidato priista a sucederlo -y para cerrar heridas de algunos de los suspirantes-, entre los que se cuentan Erasto Martínez, vicecoordinador general y Carlos Aguilar.

 

Otros sumaban a los anteriores, a los llamados “enviados” de Los Pinos que –dicen- llegaron a “reforzar” al integrante del Grupo Atlacomulco, comenzando por los Nemer: Ernesto, como coordinador general de la campaña; Carolina Monroy, delegada especial en Metepec; y el hijo de ambos, Ernesto Nemer Monroy, al frente de las juventudes tricolores del Edomex.

 

¿Quiénes más? ¡Muchos! ¡Muchísimos nombres –de muy distintos grupos- pululando en derredor del ex alcalde de Huixquilucan! Tantos, que es complicadísimo que se pongan de acuerdo.

 

Por ejemplo: en la zona de comunicación –área sensibilísima en tiempos de campaña y precampaña-, los elegidos para encabezarla apenas si duran un par de semanas –Ricardo Joya fue el último- y mejor terminan yéndose ante el caos que encuentran.

 

Sucede lo que ha ocurrido en otras campañas del PRI: hay muchos generales –o que actúan como si lo fueran- y muy poca gente que en verdad se mueva por tierra.

 

El equipo de campaña, describen quienes se han acercado a éste, “padece de demasiada burocracia”.

 

Con ese paquidermo, Del Mazo intentará sobreponerse en las encuestas –unas veces aparecen empatados en segundo lugar con la candidata de Morena, Delfina Gómez; y otras, en tercer lugar- y conservar para el PRI su madriguera más importante.

 

VAN A CAMBIAR LA ESTRATEGIA.- Ante el temor de caer en un sobregiro en los gastos de campaña (no se rían, así lo dicen), los priistas van a asumir una nueva estrategia: evitarán lo más posible grandes eventos.

 

La idea es dejar de “acarrear” multitudes porque es muy costoso (y por añadidura, cada vez les cuesta más trabajo convencer a la gente de que vaya a sus mítines) y, de plano, volver a “andar la calle” y “tocar puertas” como antaño.
Esto, nos comentan, lo aplicarán tanto en el Estado de México como en Coahuila, Nayarit y Veracruz.

 

ZAMORA SOLICITA LICENCIA.- Arturo Zamora solicitó ayer licencia indefinida en el Senado para ocuparse de tiempo completo a dirigir la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), el sector más importante del PRI.

 

El jalisciense no la tiene fácil, pues la CNOP –aunque supuestamente cuenta con cerca de cuatro millones de afiliados-, lo cierto, es que actualmente es un mero cascarón.

 

La intención de Zamora en su arranque es “darle movilidad” al sector, “abanderando causas” y “recuperar la confianza ciudadana”.

 

GEMAS. Obsequio del senador Patricio Martínez (PRI) sobre la comparecencia en Comisiones de Paloma Merodio: “Las Comisiones no pueden convertirse en un coliseo romano, a donde se traiga (a los comparecientes) a que sean expuestos a los leones”.