El actor y director mexicano Diego Luna se presentó como miembro del jurado de la Berlinale dispuesto a aprender de los berlineses a derribar muros y seguro de que ninguna barrera fronteriza pondrá fin a sus “historias de amor” con Estados Unidos.

 

 

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“Estoy aquí para investigar cómo derribar muros. Parece que hay muchos expertos aquí y quiero llevarme esta información a México”, afirmó el cineasta en su presentación como miembro del jurado que preside el director y guionista holandés Paul Verhoeven.

 
Luna aludió así al muro que el Presidente de EU, Donald Trump, ha prometido construir en su frontera con México, y a la división que partió el sector comunista y el occidental de Berlín durante la Guerra Fría, hasta que la presión ciudadana lo hizo caer, en 1989.

 

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“Lo único rescatable de lo que está ocurriendo es que tal vez eso sirva para hacer reaccionar”, dijo, antes de añadir: “Quiero ser parte de eso”, en lo que parecía una referencia a la revolución pacífica de los ciudadanos germano-orientales que precipitó la caída del muro berlinés.
El mensaje de Luna fue más conciliador que beligerante y expresó su deseo de enviar “un mensaje de amor” a cuanta gente sea posible.

 
“Cruzo todos los meses tres o cuatro veces esa frontera. Tengo muchas historias de amor con Estados Unidos. Y no voy a permitir que ninguna muralla se ponga en el camino de esas historias”, insistió.

 

 

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Luna forma parte del jurado a la Berlinale tres años después de estrenar en el certamen alemán su filme-homenaje al activista mexicano-estadunidense César Chávez, centrado en la lucha por mejorar las condiciones de vida de los inmigrantes empleados por terratenientes californianos.
El cineasta fue presentado como miembro del jurado por los responsables del festival como una voz de México, en un momento en que éstas son “más necesarias que nunca”, en alusión a la política migratoria de Trump. México tiene en la presente edición del festival una abultada representación, con películas como La libertad del diablo, de Everardo González, en la sección Berlinale Specials, y Casa Roshell, de Camila José Donoso, en la sección Forum. Es, además, país invitado del European Film Market (EFM), que se celebra en paralelo al festival.

 
Fuera de la mencionada reflexión personal respecto al muro, tanto Luna como Verhoeven insistieron en desligar su función como miembros del jurado de posiciones políticas.

 
“No venimos a dar mensajes, sino a atender a los mensajes que el cine nos aporte a nosotros, como jurado”, apuntó Luna, mientras que su colega holandés insistió en que su propósito era distinguir a la calidad cinematográfica.