La administración del Panteón Francés de San Joaquín, se deslindó de cualquier acto de crueldad en contra de los gatos que habitan desde hace más de 13 años las instalaciones del camposanto.

 

“Estos actos de violencia que se han difundido a través de los años son totalmente ajenos a los empleados que laboran en el cementerio”, afirmó el apoderado legal del panteón, Orlando Usó, en entrevista para 24 HORAS.

 

Detalló que la población de los gatos aumentó considerablemente a lo largo de los años debido a que éstos eran alimentados por personas ajenas al panteón.

 

“Desde hace dos años hemos recibido más de 60 quejas de las personas que tienen un pariente yaciendo en el cementerio,  debido a que los gatos defecan en las inmediaciones de las más de 30 mil fosas”, apuntó.

 

En cuanto a las acusaciones que ha realizado Aurora  G. Canton, animalista y denunciante de la muerte de los animales, señaló que: “se tratan de puras mentiras, la señora está resentida, debido a que en 2006, fue despedida”.

 

“La señora Aurora, presentó una denuncia ante la Procuraduría General de Justicia (PGJ) capitalina, en 2014, pero nunca presentó pruebas, que acreditaran las agresiones a los felinos, supuestamente ordenadas por el administrador, Manuel Gómez”, indicó.

 

Afirmó que no quieren dañar a de ninguna manera a los más de 300 felinos que residen en el cementerio, sino al contrario, que están en la total disposición de apoyar en los acuerdos que tengan los activistas y la delegada Xóchitl Gálvez.

 

Cabe recordar que en la semana pasada la jefa delegacional en Miguel Hidalgo, Xóchitl Gálvez, la administración del panteón y la activista Gabriela Rosales, acordaron colocar comederos, mantas (con información sobre las sanciones por maltrato animal), vacunar y esterilizar a los gatos que habitan las instalaciones del cementerio.

 

Además, la delegada sugirió que la Facultad de Veterinaria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se encargue de realizar necropsias a los gatos que llegaran a morir después de estos acuerdos, para corroborar si murieron por violencia.

 

Sin  embargo, la activista Gabriela Rosales estuvo en desacuerdo, ya que no pide que la delegación, ni la administración, del panteón aclaren las muertes de los gatos, sino que las prevengan.

 

Desde la reunión en las oficinas del cementerio de las tres partes afectadas, celebrada el pasado 17 de noviembre, sólo se han colocado tres mantas