“Me aseguraré que renegociemos con México y Canadá. Usaré el martillo de la salida para lograr acuerdos laborales y ambientales que sean cumplibles”, amenazó Barack Obama; “Les diría a -México y Canadá- que usaremos la opción de salida (en seis meses), a menos que lo renegociemos”, sentenció Hillary Clinton.

 

Las frases fueron pronunciadas la noche del 26 de febrero de 2008, en medio de un acalorado debate entre los entonces senadores, ambos demócratas, en busca de la candidatura a la Presidencia de Estados Unidos.

 

El encuentro -previo a la designación de Obama a la candidatura que lo llevó después a la Casa Blanca– ocurrió en la industrializada Cleveland, la mayor ciudad de Ohio, afectada por el desempleo en los años que antecedieron a la crisis, y que los votantes atribuían al acuerdo comercial.

 

En alusión al ultimátum en contra del tratado comercial por parte de Donald Trump, quien será su sucesor, Obama advirtió en días pasados que “revertir el acuerdo no será nada fácil”, y sabe de lo que habla. Desde que fungió como senador de su natal Illinois se pronunció abiertamente en contra del libre comercio y como aspirante a la candidatura presidencial de su partido calificó al TLCAN como “devastador” y una amenaza para el empleo en su país.

 

Ya como candidato demócrata, en la segunda mitad de 2008, si bien moderó su postura Obama no desistió de su intención de renegociar el acuerdo, lo que le valió el calificativo de “proteccionista” por parte de John McCain, su contrincante republicano en la ruta hacia la Casa Blanca y partidario de los TLCAN. “Me decepciona la sugerencia de que Estados Unidos deba reabrir unilateralmente el tratado”, dijo durante una visita a México en alusión a su opositor demócrata.

 

En los primeros meses de su gestión, el 7 de agosto de 2009, durante un encuentro con medios de información hispanos, Barack Obama dijo que la difícil situación económica hacía improbable cualquier reapertura o renegociación del acuerdo comercial.

 

“En estos momentos necesitamos estar seguros de que la economía será más estable en los próximos meses antes de tener una discusión sobre comercio”, declaró en aquel momento.

 

Durante su gestión, la presión para que cumpliera sus compromisos de campaña provino de su propio partido. En los primeros meses de 2010, Gene Taylor, un demócrata por Mississippi, impulsó una iniciativa para que Obama notificara a México y Canadá que en un plazo de 6 meses EU dejaría de ser parte del tratado, al considerar que éste era la cauda de la pérdida de empleos manufactureros en ese país.

 

De acuerdo con la legislación estadunidense, los miembros de la Cámara de Representantes y del Senado pueden solicitar una votación sobre ese tema cada cinco años. En 2005, 86 de los 435 miembros de la Cámara votaron para el retiro estadunidense del organismo mundial de comercio.

 

El rechazo al acuerdo también se agudizó entre la población de aquel país, pues según una encuesta de 2012 de la agencia Angus Reid Public Opinion, 53% de los estadunidenses consideraba que su país debía hacer “lo que sea necesario” para “renegociar” o “dejar” el TLCAN, mientras que apenas 15% apoyaba “seguir siendo miembro”.

 

Este domingo, en el marco de la Cumbre de líderes del Foro de Cooperación Asia Pacífico (APEC), donde se impuso el mensaje en contra del proteccionismo, el mandatario estadunidense se refirió a las amenazas de quien será su sucesor en la Casa Blanca: una vez el nuevo Gobierno se dé cuenta de cómo funcionan las relaciones comerciales, se dará cuenta de que de hecho es buena, tanto para EU como para sus socios comerciales.

 

Frases

 

“Usaremos como martillo la amenaza del retiro para renegociar no sólo los aspectos paralelos (ecológico y laboral), sino todo el acuerdo”

 

Debate con Hillary Clinton, en busca de la candidatura demócrata a la Presidencia

 

Cleveland, Ohio

27 de febrero

 

“La realidad le obligará a ajustar su enfoque a muchos de estas cuestiones”

Cumbre de la APEC. Lima, Perú

20 de noviembre de 2016