El sueño del mexicano Pedro Linares, creador de los alebrijes permanece vigente a través de las manos de sus familiares, que continúan con la elaboración de esos seres imaginarios llenos de color y que enaltecen la cultura mexicana.

 

“En 1917 a raíz de un sueño tras enfermar de gravedad, Pedro Linares, cae en una especie de sueño y veía cosas monstruosas, además de nubes y un bosque frondoso. Las nubes se acercaban y formaban formas extrañas”, según nos cuenta, Gerardo Linares, bisnieto de Pedro.

 

El nombre de esos seres imaginarios, narra Gerardo, viene tras uno de esos sueños de su bisabuelo, “cuando una parvada le dice alebrije, alebrije”; pero fue hasta 1930 cuando Pedro decide materializar sus sueños.

 

Ese sueño de Pedro Linares, quien era cartonero de oficio y originario del popular barrio de la Merced, fue reconocido en México en 1990 con el Premio Nacional de Ciencias y Artes, pero dos años más tarde falleció a la edad de 86 años, dejando hasta la actualidad su legado que es reconocido en nuestro país y el extranjero.

 

Los alebrijes, relata Gerardo, se siguen realizando de la misma manera que fueron concebidos pues se necesita “mucha imaginación, creatividad, papel, engrudo y paciencia”.

 

Considerados como seres imaginarios conformados por elementos fisonómicos de animales diferentes, fantásticos y reales, son una artesanía mexicana creada en 1936. Se realiza con la técnica de la cartonería. “En la actualidad además del papel y cartón, se han agregado algunos elementos como el alambre”, refirió.

 

Apuntó que para los alebrijes también se utilizan diversas técnicas para decorarlos, aunque la más usual es pintarlos con diferentes colores, y se pueden utilizar tantos como cada artista desee”. Algunas piezas pueden llegar a medir hasta dos metros de altura.

 

jram