MOSCÚ. La plusmarquista mundial de salto con pértiga, Yelena Isinbáyeva, presentó su candidatura a la presidencia de la Federación Rusa de Atletismo (FRA) dos meses después de anunciar su retirada de las pistas.
Isinbáyeva ya había anunciado su intención de presidir la federación cuando se confirmó a principios de agosto su exclusión definitiva de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro por las acusaciones de dopaje contra el atletismo ruso.
La zarina de la pértiga tendrá que enfrentarse a otros tres candidatos: el actual presidente, Dmitri Shliajtin; el ex campeón olímpico de salto de altura, Andréi Silnov, y Mijaíl Butov.
En las elecciones, que tendrán lugar el 9 de diciembre, también se decidirá la figura del vicepresidente, cargo al que aspira, entre otros, Yuri Borzakovski, campeón olímpico de 800 metros lisos y actualmente entrenador jefe del atletismo ruso.
La Federación Internacional de Atletismo (IAAF) remitió esta semana a la federación rusa los criterios para que los atletas rusos puedan regresar a las competiciones internacionales tras ser excluidos en junio pasado.
En un intento de mejorar la imagen del deporte ruso, el Kremlin quiere renovar a los dirigentes de las federaciones nacionales, entre los que figuraría Alexandr Karelin, tres veces campeón olímpico de lucha, que podría presidir el Comité Olímpico Ruso.
Isinbáyeva, que intentó hasta el último momento participar en los Juegos pese a la prohibición de la IAAF, adelantó que, tras ser excluida de la que debía ser su quinta y última olimpiada, no tenía sentido seguir compitiendo.
“Después del nacimiento de mi hijo los Juegos de Río aún tenían sentido. He sacrificado un tiempo que podía haber estado con mi hijo. Y ahora este sueño me lo han arrebatado. Tengo ya 34 años y elijo a la familia”, sentenció.
Isinbáyeva, doble campeona olímpica en Atenas y Pekín, y bronce en Londres, aspiraba a colgarse su tercera medalla de oro en Río, para lo que contaba con la segunda mejor marca del año al aire libre (4.90).
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