Una decena de estados decidirá finalmente, el próximo martes, quién ganará la Presidencia de Estados Unidos, después de que el candidato republicano Donald Trump equiparó la ventaja de su rival, Hillary Clinton, en las encuestas de varios estados clave.

 

En los últimos días Trump ha dado la vuelta a la media de las encuestas que realiza RealClearPolitics en Carolina del Norte y Nuevo Hampshire, al tiempo que ha recortado el espacio con la demócrata en Pensilvania y Florida.

 

Pese a que sus opciones son más limitadas que las de Clinton, Trump podría llegar a la Casa Blanca si consigue inclinar a su favor una combinación de algunos de los diez estados competitivos el 8 de noviembre.

 

El camino más directo sería ganando, Ohio, Florida, Nevada, Nuevo Hampshire, además de estados que parecen favorables a Trump a juzgar por las encuestas, como Iowa y Georgia.

 

Esa lista, incluidos los estados tradicionalmente republicanos, pondría a Trump por encima de los 270 de los 538 votos del sistema de Colegio Electoral necesarios para ganar las elecciones.

 

Pensilvania, con sus 20 votos electorales, es el mayor desafío para Trump, que está casi tres puntos por detrás de Clinton en la media de encuestas de RealClearPolitics en ese estado.

 

En Pensilvania Trump está acusando una deficiencia estructural de los republicanos: la falta de apoyo en las ciudades, donde los demócratas consiguen amplios márgenes y que los conservadores, incluido Trump, han relegado a un segundo plano en la campaña electoral.

 

Clinton tiene ventajas claras en los centros de población con más peso demográfico, como Filadelfia, Pittsburg o Harrisburg, frente a la fuerte influencia republicana casi sin excepción en las zonas rurales de todo el estado.

 

En el caso de no conseguir imponerse en Pensilvania el camino de Trump a los 270 votos electorales se complicaría y obligaría al magnate neoyorquino a ganar en Carolina del Norte, donde las encuestas dan empate técnico; Arizona, donde el voto hispano podría inclinar el estado del lado demócrata, pese a que Trump tiene cuatro puntos de ventaja; y Maine, cuyo peso específico en las elecciones es mínimo, pero podría ser clave este año.

 

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Maine es uno de los dos estados del país que divide parte de los votos en dos distritos. Aunque los dos que el estado concede al ganador del voto popular probablemente irán a Clinton, uno de los distritos, el más rural, podría dar un voto electoral a Trump, algo que podría ser vital en caso de empate.

 

Otro estado donde Trump podría dar la sorpresa es Colorado (9 votos electorales), donde el candidato republicano dará hoy un mitin de campaña con la esperanza de darle la vuelta a la ventaja de tres puntos de Clinton, según la media de encuestas.

 

Clinton parece consolidada en estados que han sido plazas competitivas en el pasado, como Wisconsin, Michigan, Minesota y Virginia, algo que eleva considerablemente las posibilidades de que la demócrata se haga con los tan perseguidos 270 votos electorales.

 

La ex secretaria de Estado se centrará en movilizar su voto en Florida, mientras que contará con su ejército de artistas (Katy Perry o Stevie Wonder) y figuras políticas (el vicepresidente, Joe Biden, y su marido, Bill Clinton, entre otros) para pedir el voto en Carolina del Norte, Pensilvania o Colorado.

 

Trump, que se mofó del peso que tienen los famosos en la campaña de Clinton y aseguró que a él no le hace falta nadie para llenar estadios, seguirá echándose a las espaldas el grueso de la campaña hoy al pasar por Florida, Carolina del Norte, Nevada y Colorado.

 

El republicano está apurando los últimos tres días hasta las elecciones para mantener su ascenso en los sondeos y dar la sorpresa, pese a que durante casi toda la campaña Clinton ha estado a la cabeza de todas las proyecciones.

 

Pese a que Trump se acerca cada vez más a la Presidencia, el científico de datos de la Universidad de Princeton Sam Wang aseguró hoy que pese “al drama los datos son claros” y no auguran estadísticamente una victoria de Trump.

 

Wang, fundador del Princeton Election Consortium, considera que Clinton tiene un 98 % de posibilidades de victoria el 8 de noviembre y que acabará obteniendo más de 300 votos electorales.

 

dc