Antes de que finalice el año se espera que más de 20 mil haitianos y africanos lleguen a México, provenientes de Brasil, con la finalidad de llegar a Estados Unidos y pedir asilo humanitario. Con los 20 mil que según casas de asistencia y la Iglesia han contabilizado, para diciembre se prevé que haya 40 mil migrantes en el país; sin embargo, la cifra podría aumentar.

 

“Creemos que la cifra va a ir en aumento, vienen por Ecuador, Panamá, más los que están llegando por vía aérea. Todo esto ha provocado que los albergues, tanto en Tapachula, Chiapas como en Tijuana y Mexicali, en Baja California, estén rebasados”, aseveró el sacerdote y activista Alejandro Solalinde.

 

Asimismo, comentó que el objetivo es prevenir una tragedia humanitaria y dar respuesta por el momento con un paliativo en forma binacional, “si las cosas siguen igual entonces no va a quedar de otra que solicitar ayuda a la ONU”.

 

En tanto, la capacidad de los albergues en Tijuana está sobrepasada al grado de que en los últimos cinco meses se tuvo que triplicar el número de estos, al pasar de los cinco que tradicionalmente operan en la ciudad a 15, para responder a la demanda. Con esto, su aforo pasó de 500 lugares a más de cuatro mil 100, de los cuales tres mil son ocupados por haitianos. Este incremento equivale a 850%, según datos de la Dirección Municipal de Atención al Migrante de este municipio.

 

La misma Dirección Municipal tiene el reporte de que en Costa Rica hay 24 mil haitianos en espera de cruzar Nicaragua para llegar a México en su camino hacia Estados Unidos.

 

Contrastes entre los haitianos

 

Moisés y André representan el contraste de la migración haitiana en Tijuana. Moisés es un profesor de francés que migró a Brasil para ganar dinero en la construcción de los estadios para el Mundial de fútbol y los Juegos Olímpicos y que ahora, con el apoyo económico de familiares de Miami quiere ir en busca del sueño americano; en cambio, André no terminó la preparatoria, trabajó de todo en Sudamérica y viene a nuestro país con su esposa e hija, lo cual vuelve precaria su economía.

 

“La situación allá (Brasil) está mal. Me pagaban mil 200 reales al mes, mi renta era de 800 al mes, lo que me sobraba ya no alcanzaba, menos para mandar dinero a mi casa (en Haití), ellos quieren dólares porque el real ya vale poco”, afirmó Moisés.

 

El profesor haitiano llegó a nuestro país el 21 de septiembre, a Tapachula, Chiapas. Desde Chiapas tardó cuatro días en llegar a la frontera norte, esto gracias a dos cosas: a que tenía dinero y a un teléfono celular.

 

Tijuana Bus, una travesía de tres días por México

 

Durante su trayecto de Brasil a México, para llegar a la garita fronteriza en San Ysidro, Tijuana, con la finalidad de solicitar asilo en Estados Unidos, Mark, de origen haitiano, fue asaltado en Nicaragua, lo que le obligó a botear afuera del mercado Sebastián Escobar, en Tapachula Chiapas, para así poder abordar el Tijuana Bus.

 

El joven, quien se desempeñó como médico en su país de origen relató que su familia dejó de enviarle dinero porque ya no les alcanzó. “Me dijeron que iban a pedir prestado, pero preferí decirles que ya tenía, no me gusta que se metan en problemas por mi culpa”.

 

Mark tiene que juntar mil 300 pesos para poder abordar el Tijuana Bus y le faltan 500 pesos para completar el pasaje y poder abordar el autobús que lo llevará durante tres días en una travesía por varios estados de la República.

 

Dice que la idea de botear surgió un día que estaba a un costado de la Iglesia de San Agustín, “llevaba horas ahí parado y de repente una persona me dio varias monedas”.

 

Comentó que su situación es curiosa, porque los haitianos no quieren a los africanos y viceversa, “existe una especie de racismo, pero en el hotel de Mamá África, donde no me están cobrando la estancia, conocí a René, que nació en Senegal y tenemos algo en común: a los dos nos asaltaron y nos quedamos varados”.

 

Doña Irma, que trabaja en viajes Tazmania y se dedica a llevar a los migrantes a Tijuana comentó que tiene mucha demanda, “anteriormente esa rodada la teníamos programa los lunes, pero ahora se amplió miércoles y viernes”.

 

Señaló que hacen de tres a cinco paradas a consideración del conductor quien se encarga de darle mantenimiento al camión.

 

“Cada que hace una parada el chofer se encarga de limpiar los baños del autobús, afinar el vehículo, lo que se necesite, en ese intervalo, los pasajeros estiran las piernas, se asean en los baños de las gasolineras y si tienen dinero puede comprar algo de comida, hay ocasiones que ellos traen comida plátano y pollo frito, a la compañía no nos alcanza para brindarles un lunch”, comentó Irma.

 

Presencia de haitianos en Casa Migrante subió 400%

 

Desde hace cinco meses, la presencia de haitianos en la Casa del Migrante Tijuana Centro Scalabrini aumentó 400%, pues tradicionalmente sólo 10% de los inquilinos era extranjero, mientras que ahora la proporción es de mitad foráneos y mitad mexicanos, dijo el director del albergue, el sacerdote Pat Murphy.

 

“Tenemos capacidad de 140 camas y aparte aceptamos hasta 20 personas que duermen en colchones, hay momentos que tenemos 160. Tenemos un límite de 80 extranjeros, porque nuestro trabajo es recibir a deportados. Por ejemplo: en los últimos 10 años, 90% de la gente que recibimos fueron deportados. Para mantener el balance tenemos a 80 extranjeros y 80 deportados”, dijo el religioso.

 

Murphy mencionó que la situación de los caribeños es complicada, pues antes su estancia era de dos o tres días, pero ahora se extiende hasta dos meses, tiempo que tienen que esperar para su cita de solicitud de asilo humanitario con las autoridades migratorias de Estados Unidos.

 

La prolongación de la estancia en nuestro país se vuelve un problema porque no hay alternativas de actividades para los haitianos. Por ahora, con un clima de más de 20 grados pueden salir a la calle, pero a finales de noviembre o ya en diciembre el termómetro bajará a menos de 15 grados, lo cual los obligará a quedarse en los albergues, cuyas instalaciones no están preparadas para mantenerlos tanto tiempo encerrados.

 

Mexicanos abren negocios de comida haitiana

 

La crisis migratoria haitiana impactó en México de varias formas, y una de ellas es la gastronómica. En Tapachula y Tijuana, mexicanos abrieron negocios que ofrecen pollo al estilo Haití.

 

A 70 metros de la Estación Migratoria Siglo XXI de Tapachula, Chiapas, se localiza el restaurante de Tía África, una mujer de nombre Ivonne que vendía pollo asado afuera de su casa, pero ahora lo cocina frito para sus comensales de origen haitiano y africano.

 

“Tenemos años vendiendo pollo, pero adecuamos el menú que consiste en pollo frito y plátano frito. Es lo único que comen”, manifestó Tía África.

 

En tanto, en Tijuana, la demanda de comida de aquel país caribeño subió tanto que fue la misma comunidad de inmigrantes la que cocina en los ahora negocios de pollo haitiano. El primero de ellos es la Lonchería Dulce, local ubicado en la zona centro de la ciudad fronteriza.

 

“La idea surgió de ellos mismos, porque pedían comida que aquí no había, la comida de nosotros no les gusta, pedían la suya “, explicó José Luis, uno de los encargados del negocio, quien relata que en un buen día puede vender hasta 250 órdenes.

 

Numeralia

 

13 mil 465 oficios de salida, de manera gratuita, ha otorgado el Instituto Nacional de Migración a extranjeros de nacionalidad haitiana y africana, del 1 de enero al 12 de octubre de este año.

 

8 mil 950 haitianos y extra continentales abandonaron el país e ingresaron a territorio norteamericano hasta el 12 de octubre de este año.

 

2 mil 729 son hombres, mil 365 mujeres (217 de ellas embarazadas) y 421 menores de edad (230 mujeres y 191 hombres) quienes reciben atención especial debido a su grado de vulnerabilidad.

 

5 mil haitianos permanecen en Tijuana, a la espera de que les otorguen una cita con las autoridades migratorias estadunidenses.

 

40 turnos de ingreso a territorio estadunidense, vía Calexico-Mexicali y 75 vía San Isidro-Tijuana se entregan diariamente a quienes están a la espera de ser recibidos por las autoridades de EU.

 

5 mil a 7 mil 500 dólares es el gasto promedio de un haitiano, en su viaje desde Brasil hasta Tijuana, el cual dura hasta un mes.

 

2 meses espera un haitiano para que le den una cita con las autoridades migratorias de Estados Unidos para tramitar un permiso de asilo humanitario.