Dilma Rousseff llega al final de un proceso de juicio político, dispuesta como ella dice a tratar de defender “la democracia brasileña”.  La propuesta fue presentada durante un pronunciamiento, en el que la mandataria brasileña divulgó la llamada “Carta a los Brasileños”, en la cual insiste en su inocencia y dice que si el juicio político al que está sometida acaba con su destitución, Brasil estará frente a “un golpe de Estado”.

 

En el documento, de cuatro páginas, Rousseff afirma que “Brasil vive uno de los momentos más dramáticos de su historia” y que la solución para la “grave crisis política y económica” del país “pasa por el voto popular, en unas elecciones directas”.

 

En ese marco, se comprometió a que, si fuera absuelta y volviera al poder, promoverá un plebiscito para consultar a la sociedad sobre la posibilidad de adelantar las elecciones previstas para octubre de 2018.

 

En su mensaje, sin embargo, no explicó que la realización de una consulta de esa naturaleza dependería del apoyo de un Parlamento que se apresta para iniciar la última fase del juicio político que le puede costar el cargo.

 

Ese tramo definitivo del proceso comenzará el próximo 25 de agosto y se prevé que durará entre tres y cinco días, al cabo de los cuales el Senado tomará una decisión definitiva sobre la suerte de la Presidenta. Rousseff será despojada del poder si así lo decide una mayoría calificada de 54 votos, que suponen dos tercios del Senado.

 

Volvio a rechazar el impeachment

 

“Necesitamos fortalecer la democracia en nuestro país y para esto será necesario que el Senado cierre el proceso de impeachment en marcha, reconociendo que frente a las pruebas irrefutables, que no hubo delito de responsabilidad, que soy inocente”.