El secretario de Agricultura y el jefe de Gobierno de la Ciudad de México aparecieron el lunes en una marcha campesina en la “City”, disfrazados de “agroyuppies”, para inaugurar la “nueva era de la demagogia política”, que consiste en aplaudir marchas y plantones de los hombres y mujeres “jodidos” del campo, coincidir con su demandas, reconocer que “les han fallado” y prometerles lo que nunca van a poder cumplirles: que los van a convertir en agricultores de primer mundo, que ya no van a permitir que los exploten. Ah, y que le van a pedir al secretario de Hacienda que ya no recorte el presupuesto al sector.

 

Tanto José Calzada Rovirosa como Miguel Ángel Mancera calificaron como “lo nunca visto” su participación en dicho evento, al que fueron invitados por las organizaciones campesinas que integra el Frente Auténtico del Campo (seguramente hay otro frente campesino que es “pirata”) y otras organizaciones ídem. Nada más faltó que ambos funcionarios hubieran hecho su arribo a caballo, como Emiliano Zapata y Francisco Villa, en 1914, en su entrada triunfal al Zócalo.

 

Al puro estilo de Zapata, ideólogo e impulsor de las luchas sociales y demandas agrarias, el titular de Agricultura reivindicó la labor de los campesinos “que no le han fallado a México”, por lo que el Gobierno de la República, dijo, enfoca políticas públicas y recursos para impulsar a pequeños productores del sector y a sus familias con el fin de responder a la deuda histórica que se tiene con ellos. Algunos siguen igual de jodidos que hace más de 100 años, acotan los “agroyuppies”, pero ésa es otra historia.

 

Como no era momento para ponerse melancólicos, sino para seguir prometiéndoles lo que no se puede cumplir, Calzada anunció que a partir de hoy iniciarán reuniones de trabajo entre la Sagarpa y las organizaciones integrantes del FAC con el fin de incorporar propuestas para la revisión de la agenda presupuestal 2017. Resaltó la trascendencia de participar en estas manifestaciones públicas porque “de primera mano y de viva voz se escucha qué es lo que necesitan el campo y su gente”. ¿O sea que necesita verlos personalmente y en persona para saber qué les hace falta? Preguntan los observadores agropecuarios. Reconoció que de manera conjunta se conseguirán mejores resultados para un mayor crecimiento del sector en lo social y en lo económico. Y se sacó de la manga que el “Pacto para el Campo” ha permitido hacer más con menos, un montón de cosas que le han cambiado la vida al sector. ¿Y ese pacto cuándo lo hicieron? Preguntaron los perplejos, que en el sector se cuentan por millones. Obviamente se estaba refiriendo al campo de golf, les aclararon.

 

Los “paleros de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) expresaron que a pesar del corto tiempo que tiene en el cargo Calzada –pues ni tan corto porque ya va a cumplir un año–, ha realizado un gran trabajo: “apertura, diálogo y construcción de acuerdos a favor del campo”. Quien también se llevó mención honorífica fue el oficial mayor de la Secretaría. ¿Y por qué? Preguntan los bisoños. Pues porque es el que reparte el billete a los líderes, acotan los malosos.

 

¡No te tires de alfombrita! Le gritaron los perplejos campesinos que marcharon para exigir que los saquen del abandono y la miseria en donde los tienen desde hace más de un siglo. ¡Felicítalo por “darnos atole con el dedo”! Exclamaron otros.

 

¡La demagogia “reloaded”, pues!