Vaya lío que se armó entre los fans de los cómics y las películas de superhéroes con el anuncio de la cadena exhibidora Cinemex de que no proyectará en sus salas la película Escuadrón Suicida (Suicide Squad), dirigida por David Ayer y protagonizada por Will Smith, Jared Leto y Margott Robbie, entre otros.

 

A través de Twitter, la exhibidora –que actualmente está expandiendo sus operaciones en Estados Unidos y abrirá próximamente un complejo en Chicago– explicó que debido a que la distribuidora Universal Pictures había cambiado de último minuto las negociaciones que ya habían sido acordadas con anterioridad, y que esto la dejaba en desventaja con respecto a su competencia (léase Cinépolis), optó por no tener en sus salas dicho filme, uno de los más esperados desde hace un año por los fans del género.

 

Las protestas no se hicieron esperar a través de las redes sociales, pues Cinemex ya había vendido aproximadamente 100 mil boletos para el día del estreno (incluyendo funciones de medianoche, práctica normal con determinados blockbusters) y miles de fans se iban a quedar sin verla y, justamente, protestaron por un servicio que ya habían pagado y que no les iban a dar.

 

De entrada, el comunicado inicial señala a la distribuidora Universal Pictures como la responsable, en lugar de Warner Bros. Pictures México, que es la que lleva el filme. La confusión se debe a que esta última fue “absorbida” hace ya varios años por NBCUniversal, quien es la que hace la distribución, aunque los equipos de ambos estudios son independientes y cada uno hace sus negociaciones por separado.

 

La pregunta, con todo esto, es ¿quién pierde más? ¿Cinemex por no exhibir la película? ¿Warner? Para tratar de dar un poco de luz al respecto, hay que comentar cómo es el proceso de negociación entre distribuidoras y exhibidoras, pues todo se reduce a un gran negocio en el que el que el beneficiado o perjudicado principal es el público. Aunque es un proceso bastante complejo, trataré de explicarlo de manera que sea claro.

 

 

escuadrón de la muerte

 

 

Si bien todos los estudios se manejan de manera independiente, básicamente el negocio va así: por cada película que se estrena, las negociaciones entre ambos son para ver quién se queda con la mayor parte de las ganancias en taquilla. Lo usual es que se vayan 50-50, es decir, tanto distribuidor como exhibidor se reparten a partes iguales. Pero como reza el dicho: “Según el sapo es la pedrada”.

 

Si el estudio/distribuidor trae una película que sabe va a ser un trancazo (entiéndanse del tipo de Batman v Superman, Star Wars, Harry Potter o una franquicia de ese tamaño), el que busca quedarse con la ganancia máxima es el estudio, por lo que se llega a ofrecer un 60-40 o 65-35 (distribuidor se queda con el 60-65% de las ganancias y el resto va para el exhibidor). Puede variar con el paso de los días y terminar en un 50-50, dependiendo de qué tan buenos negociadores tuvo cada parte.

 

Caso opuesto ocurre con las llamadas películas “medianas” o “chicas”, en las que es el exhibidor quien exige un mayor porcentaje de la taquilla debido a que va a proyectar películas que no van a atraer multitudes y que les están quitando pantallas que podrían usar en otras cintas más redituables para ellos. En otras palabras, es una eterna guerra acerca de ver quién se lleva la mayor rebanada del pastel. Sin embargo, son acuerdos que no se realizan de un día para otro, sino que por lo general son cerrados semanas antes del estreno de tal o cual filme.

 

Otro rumor que corrió fue que Cinemex se habría negado a tener un número determinado de copias de la película con subtítulos, para tener puras dobladas al español. Si bien es cierto que esto pudiera llegar a ser un punto de conflicto, tampoco es algo que normalmente cambie de un día para otro. Total, que hasta el momento de escribir esta columna Cinemex no había revelado las razones reales por la cuales tomó tal decisión, argumentando acuerdos de confidencialidad.

 

Si la mentada película es buena o mala, está por verse. Hasta el momento, la crítica en EU la ha destrozado, aunque se espera que este fin de semana tenga una exitosa apertura y deje ganancias por unos 110-120 millones de dólares. Así, miles de fans tendrán que esperar al menos una o dos semanas para verla en las salas de Cinépolis, que seguramente estarán atascadas durante el estreno.

 

Lo único lamentable de todo esto es que el perjudicado, como siempre, será el espectador…