Cuando todo mundo pensaba que Michael Phelps ya estaba acabado, surgió como el ave fénix y llega a Brasil para escribir un capítulo más de su brillante trayectoria. Serán sus cuartos Juegos, y en Río tiene la misión de llenar su vitrina, en la cual hay 22 preseas, y 18 son del metal dorado.

 

La natación es, junto con el atletismo, la prueba más espectacular en unos Olímpicos, y en Brasil no será la excepción.

 

Una de las ausencias que más van a pesar es la del tritón César Cielo, quien no dio la marca para competir y Brasil no tendrá a su nadador estelar. Cielo rompió en llanto cuando no pudo clasificarse a sus Juegos.

 

El equipo chino ha acortado las distancias con respecto a los estadunidenses y después de que organizaron los Olímpicos en 2008, no han tenido gran brillo en la natación. A Brasil llegan como una incógnita y no hay la certeza que le puedan competir al poderoso Dream Team norteamericano.

 

Además del multimedallista Phelps, Estados Unidos cuenta con un brillante Ryan Lochte y las sirenas Missy Franklin y Katie Ledecky. En su historia: 520 preseas, y 230 son doradas en la natación olímpica.

 

Otros de los equipos que llegan con esperanzas de arrebatarle podios a los favoritos son Sudáfrica, Australia y Holanda que suele acudir siempre con cartas muy fuertes a las piscinas de la justa deportiva.

 

El torneo de natación de Río 2016 se realizará en el Estadio Olímpico Acuático en el Parque Olímpico de Barra da Tijuca, entre el 6 y el 13 de agosto. La nueva arena tiene dos piscinas, una de competición y otra de calentamiento, y cuenta con capacidad para 15 mil espectadores.

 

La sede es impresionante y las entradas para casi todos los días ya están agotadas.

 

Número

 

450 asientos disponibles para gente discapacitada en el Centro Acuático Maria Lenk, sede de la natación en los Juegos Olímpicos.