El Segundo Circuito de Cortes de Apelación de Estados Unidos rechazó la petición de Tom Brady para evitar la suspensión de cuatro partidos y ahora el quarterback de los Patriotas acudirá a la Suprema Corte para intentar jugar desde la semana 1 de la temporada.

 

El comisionado Roger Goodell fue quien recibió la orden por parte de los jueces para sancionar al pasador por la alteración de balones el 18 de enero de 2015, en la final de la Conferencia Americana.

 

La decisión jurídica afirma el amplio poder dado al comisionado dentro del acuerdo colectivo de trabajo de la NFL y representa un golpe a los grupos laborales organizados que piden debido proceso en sanciones a empleados.

 

Brady, quien firmó una extensión de contrato por dos años tras haber concluido la temporada anterior, aceptó una reducción de salario para la campaña del 2016.