Además de descargas de aguas negras y basura, un grupo de científicos que buscan rescatar a Xochimilco de la crisis en la que se encuentra, se han topado con los intereses y obstáculos de caciques y autoridades locales.

 

Un día, mientras introducían una tubería para llevar los excedentes de agua tratada con carbono activado, de la planta de San Pedro Actopan al Embarcadero Atenco, en San Gregorio Atlapulco, líderes vecinales y campesinos detuvieron la obra. Finalmente, después de una negociación la liberaron.

 

… Y el agua comenzó a llenar el canal del Embarcadero Atenco. Las trajineras de los campesinos pudieron finalmente flotar y no ser arrastradas en el lodo pestilente para trasladar sus hortalizas y plantas.

 

Pero otro día, otro líder vecinal, de otra zona, demandó al equipo de científicos que trabajan para la Secretaría de Ciencia del Gobierno de la CDMX porque no lo consultaron y se lo saltaron. ¡Qué atrevimiento!

 

A manera de “denuncia ciudadana”, el recurso legal siguió su trámite en la Procuraduría Federal de Protección Ambiental (Profepa); y ahora los técnicos y científicos están concentrados en defenderse de la denuncia, a pesar de la molestia de vecinos que tampoco entienden en qué consiste el daño ambiental, si por el contrario, el personal de la secretaría rescató una zona abandonada.

A pie, pueblo por pueblo

 

Conocí Xochimilco más allá de sus canales gracias a la doctora Rosario Iturbe, una especialista en suelos del Instituto de Ingeniería de la UNAM, quien conoce y se preocupa más por los problemas de contaminación de la zona que muchos de sus políticos locales.

 

Ella y Mauricio León coordinan los proyectos de rescate utilizando el conocimiento científico y la tecnología, como debería hacerse en el resto del país. Recorren los pueblos y hablan con sus habitantes.

 

Pero los obstáculos no paran…

 

En 2014, la administración de la delegación Xochimilco se comprometió a inhibir algunas de las descargas de drenaje del pueblo de San Gregorio, que dan a los canales, y hasta se firmó una minuta. Pero no pasó nada. El drenaje sanitario siguió cayendo y contaminando el agua por donde navegan las trajineras con turismo.

 

Existe un diagnóstico, el cual revela que hay más de mil 374 descargas de drenaje de las colonias cercanas –algunas de granjas– en 116 kilómetros de canales que atraviesan o están a las orillas de los pueblos de San Gregorio Atlapulco y San Luis Tlaxialtemalco.

 

Todos los días y a toda hora fluye el agua negra hacia los canales. Una parte de esas tuberías la construyeron las mismas autoridades para dotar de drenaje a asentamientos urbanos, algunos de los cuales se establecieron de forma irregular sobre suelo de conservación, impulsados por los caciques locales.

 

El abandono

 

Los paisajes que conquistaron al cine mexicano y hollywoodense, a los turistas y a los especialistas de la UNESCO, que declararon la zona canalera como patrimonio de la humanidad, son ahora sólo la fachada de un inmueble que de frente está maquillado para las visitas, pero más adentro sólo hay restos de lo que fue.