Las tan esperadas elecciones federales intermedias transcurrieron en un ambiente tenso, con algunos escarceos, pero más o menos en santa paz.

 

Cínicamente, los primeros que reclamaron que hayan corrido ríos de inmundicia fueron los representantes de los partidos políticos ante el Instituto Nacional Electoral, pero el presidentito consejero de este organismo, Lorenzo Córdova Vianello, les respondió que la inmundicia en tiempos de batallas electorales “es normal”. ¡Pues seguramente porque él está acostumbrado a revolcarse en los corrales de los marranos! Exclaman los observadores políticos, quienes, al igual que Miguel Osorio Chong, nunca habían visto que la inmundicia “inundara” las campañas de los candidatos y candidatas –principalmente a las gubernaturas– que participaron en la contienda de ayer.

 

De los resultados electorales comentaremos en el curso de la semana, pues hasta el cierre de esta columna sólo se conocían algunos números de las casas de apuestas y varios medios de comunicación, que presumían haberle atinado a sus pronósticos, pero nada oficial.

 

Mientras llegan los resultados oficiales, vale la pena reflexionar sobre lo que quieren los partidos políticos, el Congreso, las instituciones, la sociedad para  2018, como cuestionó el secretario de Gobernación luego de calificar las elecciones del domingo como “la madre despiadada de todos los procesos electorales” por la forma en que se condujeron algunos partidos políticos; por el manejo de los spots, por la “guerra sucia” ante la complacencia del INE y de los Oples, que fueron los organismos encargados de organizar las elecciones y de tolerar “el cochinero”, así como la intromisión en las campañas de varios personajes indeseables, como el ex presidente Felipe Calderón, quien empezó escondiéndose tras las faldas de su esposa para aventar todo tipo de proyectiles, y terminó participando abiertamente –como nunca antes ningún ex Presidente de México lo había  hecho– apoyando a dos que tres candidatos a gobernadores, denunciando actos de corrupción de los contrincantes de aquéllos.

 

“El burro hablando de orejas” podría titularse el próximo libro de Calderón, quien sorprendió a todos, incluso al secretario de Gobernación por su “técnica” de lanzar bolas de inmundicia. ¿Se le habrá olvidado a “Felipillo” que en su sexenio floreció la corrupción en todas sus formas y presentaciones, incluyendo la corrupción mental?

 

Si en las campañas para la “madre de todas las elecciones” de 2018 vamos a tener el doble o triple de inmundicia que se aventaron los participantes antes del domingo pasado, valiéndoles madres las propuestas, los programas, la sociedad… correremos el riesgo de ahogarnos.

 

Por eso urge hacer algo, como sugirió Osorio Chong. ¿Pero como qué?

 

Agenda Previa

 

Con la creación de la Asamblea Constituyente –cuyos representantes se votaron ayer– los grandes ganadores con la elección son los ciudadanos, pero también el jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, quien fue el promotor, desde su campaña, de la reforma política y la redacción de la Constitución de la Ciudad de México. No sería extraño ver que si los resultados no favorecen a Andrés Manuel López Obrador, éste amenace con sacar “a sus bases” a marchar con los maestros, a quienes, por cierto, también apoya; el tabasqueño se la pasó toda la campaña haciendo berrinches, argumentando que se daría fraude electoral.