PARÍS. La OCDE estimó hoy que la economía mexicana va a crecer un 2.6% este año y un 3% para 2017, cifras que atribuye principalmente a las reformas implementadas por el Ejecutivo pero que suponen un recorte respecto a sus anteriores previsiones.

 

En su informe semestral de Perspectivas publicado hoy, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) corrige las estimaciones efectuadas en noviembre, cuando calculaba una progresión del Producto Interior Bruto (PIB) de México del 3.1% en 2016 y del 3.3% en 2017.

 

El organismo destaca en primer lugar que el debilitamiento del crecimiento global, las incertidumbres en algunos mercados emergentes o las preocupaciones sobre políticas monetarias divergentes en economías desarrolladas frenaron el crecimiento de México en 2015, que se sitúa en el 2.5%.

 

Pero apunta también que hay señales de “repunte”, como las citadas reformas estructurales, en especial las medidas para impulsar el acceso al crédito, y considera que su implementación completa es “esencial”.

 

Para la OCDE, la depreciación del peso ha reforzado las ganancias de las exportaciones mexicanas, que han aumentado su cuota de mercado en Estados Unidos, y la resiliencia de la economía doméstica ha mantenido su apoyo a la actividad económica.

 

Los autores del estudio añaden que la primera ola de reformas estructurales ha conllevado importantes progresos en diferentes áreas e impulsado las expectativas de los inversores.

 

La OCDE espera que esas y otras reformas mejoren la eficiencia y la innovación y las capacidades de trabajadores de escasa formación.

 

“Las medidas para fortalecer la educación, las técnicas y la inclusión financiera ofrecerán a todos los mexicanos, pero especialmente a las mujeres, mayores oportunidades para contribuir a la sociedad”, avanza el organismo, que prevé también una inflación baja para 2016 y 2017.

 

La OCDE ve crucial que las ofertas de campos petroleros atraigan compromisos de inversión y estima que los principales riesgos que pueden hacer que no se cumplan sus previsiones de crecimiento son un freno en el comercio mundial, especialmente en caso de un avance económico chino y estadounidense menor al esperado.

 

Sus autores advirtieron además de que mayores presiones a la baja en los precios del petróleo y las dificultades a la hora de implementar los recortes en Petróleos Mexicanos (Pemex) podrían retrasar el alcance del objetivo de reducción de déficit y erosionar la confianza de mercado.