La fortaleza del dólar frente al resto de las divisas desde mediados de 2014 y todo 2015 generó afectaciones hacia la propia economía de Estados Unidos y empresas de ese país que han trascendido en el mundo. En este período el dólar se apreció 25% frente a la canasta de divisas que incluye al euro, la libra, el yen, el franco suizo, el dólar canadiense, entre otras. Al mismo tiempo, se reflejaron caídas en el valor de monedas de economías emergentes.

 

En la medida que esta fortaleza se deterioró el precio de las materias primas y la debilidad especialmente en el sector industrial internacional, la Fed e instituciones como el FMI y el Banco Mundial manifestaron que el elemento que ha generado este movimiento del dólar es la posible normalización de la política monetaria de EU.

 

Por ello, una normalización más acelerada en el ritmo de alzas en las tasas de interés es como un círculo vicioso vs la fortaleza del dólar. Ante ello, la Fed ha reconocido indirectamente este punto y mientras no exista un riesgo sobre la inflación mantendrá tasas competitivas ante un entorno internacional adverso.

 

Este año el dólar acumula un retroceso de casi -4.7% y se encuentra en un momento en el que tendrá en breve una definición de +/- 2.0% que podría aún mover al mercado de divisas.

 

Vienen datos económicos relevantes de EU y China en cuanto a ventas al menudeo, producción industrial e inflación a marzo. Ya de China conocimos una inflación más estable en 2.3% al consumidor y -4.3% al productor (lleva 40 meses en zona deflacionaria) ante un exceso de capacidad industrial y caída en precios de materias primas. Destaca este viernes el dato del PIB al primer trimestre de China, que se estima en 6.7%.

 

La Fed quisiera ya tener normalizada su política monetaria, sin embargo, sabe que será muy difícil ir a “contra corriente” y lo mejor será hacerlo muy pausado en un año electoral.

 

La economía de EU se recupera moderadamente. Después de un segundo trimestre de 2015 muy fuerte con un crecimiento de 3.9%, con la fortaleza del dólar y la caída del sector industrial mostró una clara desaceleración. Para este primer trimestre existe la posibilidad de que el crecimiento haya sido de 2.0%, que es positivo pero que no requiere de una presión de alza en las tasas de interés.

 

El desempleo se ubica en 5.0%, la creación de empleos promedio mensual ronda las 215 mil plazas y la inflación general se mantiene en rangos de 1.0% anual.

 

No hay duda de que Estados Unidos es la economía más solvente en estos momentos, pero al no tener condiciones que propicien un aumento rápido en las tasas de interés genera una “menor presión de alza en el dólar”. ¿Seguirá la guerra de divisas? Seguramente sí.

 

En el caso de México, se muestra “defensivo” como economía, con expectativas de crecimiento entre 2.0 y 2.5% para este 2016, pero ya tiene una señal de alerta con la reciente revisión por parte de Moody´s al aumento en el endeudamiento público y al riesgo Pemex, porque urge saber con cuánto y cómo se capitalizará a la hoy empresas productiva del Estado.

 

Está claro que el excedente del Banxico irá a reducir deuda y mejorar condiciones de la misma. Pero entonces, ¿de dónde saldrá el dinero?

 

El peso mexicano consolida entre 17 y 18 frente al dólar por ahora. Vemos cierta sensibilidad a cualquier evento negativo que muestre alguna presión de alza.