Hay de presiones a presiones, y Leonardo Cuellar sucumbió a ellas en su eternizado mandato en el Tricolor femenil 17 años después. El ahora ex técnico de la selección femenil se va dolido, quizá por eso advirtió que “ahora ya no va a estar Leo para ser el culpable de todo”. Lastimado por las críticas recibidas en los últimos años y con el rechazo de algunas jugadoras a sus métodos, al final Cuéllar se va, según él, tranquilo, porque se ha quitado “un peso de encima”.

 

“Me siento triste, rabioso, confundido de alguna manera, pero también me siento más ligero, porque siento como si un elefante, rinoceronte, hipopótamo, dinosaurio se hubiera quitado de mis hombros”, explicó a los medios en la conferencia de prensa de su adiós.

 

Se notaba que lo traía guardado y, en cuanto pudo, soltó de viva voz: “Ahora ya no va a estar Leo para ser el culpable de todo, que cada quien tome la responsabilidad que le corresponda, y hay que hablar con hechos”. Al final, tuvo tiempo para reconocer que el camino, aunque tuvo sus aristas, al final fue enriquecedor: “Ha sido una experiencia maravillosa, algo que voy a atesorar el resto de mi vida, pues casi un tercio de ella se lo he dado a este proyecto, contra viento y marea, con apoyo o sin apoyo. En ese tema no duermo por el resultado, me hubiera gustado que México fuera a Juegos Olímpicos, pero duermo porque me he entregado a esto, esa es mi paz”. Según Cuellar, tiene ofertas para seguir dirigiendo en Estados Unidos, aunque dijo que se tomará un tiempo antes de decidir lo mejor para él.