Comienza la primavera y el polen, las gramíneas o el olivo pueden provocar irritación ocular, nasal o continuos estornudos a los más sensibles. El alérgico… ¿nace o se hace? Según la alergóloga Pía Calzada se pueden dar perfectamente las dos causas, aunque suelen dar la cara en la etapa infantil

 

Destaca que lo primordial para dar con el tratamiento adecuado contra la alergia es acudir a un especialista para que haga un buen diagnóstico, ya que la mayoría de las personas están “polisensibilizadas” (personas que tienen alergias a distintos pólenes) por lo que es muy  importante ajustar bien las pautas de su tratamiento.

 

Como la Medicina está avanzando mucho se está empezando a utilizar cada vez de forma más frecuente el “diagnóstico molecular que mide los anticuerpos de la sangre frente a los diferentes pólenes y a partir de ahí busca también la cantidad de polen que más afecte”, señala Pía Calzada.

 

Además, matiza que para la alergia existen dos líneas de tratamientos: las que ayudan a paliar los síntomas y las que la curan.

 

La mayoría de los alérgicos tienen que tomar antihistamínicos, aunque en muchas ocasiones no se toman con la frecuencia que se requiere porque suelen producir sueño y cansancio.

 

Según la experta, cada vez se disminuyen más los efectos secundarios. En este sentido, recuerda la importancia que tienen también los sprays nasales o los colirios.

 

Calzada advierte también de la existencia de la vacuna contra la alergia. “Cada vez es más efectiva” y en las contraindicaciones sólo entran las personas que “estén muy malitas o las embarazadas”.

 

Principalmente son de dos tipos: las que se pinchan en la piel o las que se colocan debajo de la lengua. El objetivo final es que “modulen y cambien la respuesta agresiva del sistema inmune ante el polen”.

 

¿Es peor el campo o la ciudad?

 

Antiguamente siempre se hacía referencia al medio rural porque era el espacio que estaba más expuesto a la flora. Sin embargo, actualmente “el polen es mucho más agresivo en la ciudad”, señala la facultativa.

 

Y es que esto se refuerza aún más con “unos estudios sobre los años 90 en Japón con los que se dieron cuenta de que la gente que vivía cerca de las autopistas era más alérgica que la que vivía en la zona rural”.

 

Según Pía Calzada, el polen se adhiere a las partículas de contaminación de los coches diesel y eso resulta mucho más agresivo.

 

Los principales consejos para que los alérgicos eviten en la medida de lo posible el contacto con el polen son:

 

  • Cerrar puertas y ventanas.

 

  • Intentar no salir a la calle en horas de polinización alta: de 5 a 10 de la mañana y de 7 de la tarde a 10 de la noche.

 

  • Estar al tanto de los picos máximos de polinización.