LONDRES. Una nueva investigación en la tumba del dramaturgo inglés William Shakespeare, en Stratford-upon-Avon, pueblo donde nació y murió, reveló que la cabeza del escritor fue robada del lugar del sepulcro, una versión que circulaba desde 1879.
Un nuevo documental que será transmitido por televisión mañana sábado en el marco del 400 aniversario del fallecimiento del “Bardo de Avon”, acaecido el 23 de abril de 1616, sugiere que en algún momento la tumba fue profanada y la cabeza extraída.
Esa versión que durante siglos circuló sobre la profanación de la tumba y el robo de su cabeza causará debate y controversia, consideró el especialista Chris Laoutaris, de la Universidad de Birmingham y El Instituto Shakespeare.
“Los resultados de estos descubrimientos tan emocionantes van a ser sin duda causa de controversia, debates y disputas entre especialistas y provocarán evaluaciones académicas por muchos años venideros”, indicó.
El especialista en entierros del Renacimiento y autor de varios libros señaló que el estudio arqueológico revelará los misterios de una de las tumbas más famosas del mundo que “nos acercará a Shakespeare como nunca antes”.
El Canal 4 de Inglaterra transmitirá este 26 de marzo los resultados de las primeras investigaciones arqueológicas que se hicieron a través de un radar de penetración terrestre (GPR) sin alterar el lugar del sepulcro.
En los últimos 18 meses un equipo de expertos realizó los estudios en la iglesia de Holy Trinity en Stratford, donde se encuentra la tumba del autor de “Hamlet” junto a la de su esposa Anne Hathaway.
Los secretos que guarda la tumba del autor del “Rey Lear” confirman una versión que fue publicada en la revista The Argosy en 1879, que aseguraba que el cráneo de Shakespeare fue robado de su tumba por usurpadores en 1794.
Laoutaris señaló que el descubrimiento conjura una de las escenas más dramáticas de la obra “Hamlet”, donde la cabeza del personaje ficticio Yorick es removida por sepultureros.
La tumba de Shakespeare contiene una advertencia de maldición a quienes se atrevan a profanar los restos.
“Buen amigo, por Jesús, abstente de cavar el polvo aquí encerrado. Bendito sea el hombre que respete estas piedras y maldito el que remueva mis huesos”, indica el epitafio.
El propio Shakespeare, quien nació en 1564, habría escogido su epitafio inscrito en la lápida que se encuentra en el presbiterio cerca del altar mayor de la parroquia de Stratford-upon-Avon.