WASHINGTON. Las masacres cometidas por la agrupación yihadista Estado Islámico (EI) contra minorías religiosas en Irak y Siria suponen un “genocidio”, anunció el secretario de Estado, John Kerry.

 

“El EI es responsable de genocidio contra grupos religiosos”, afirmó Kerry ante la prensa en la sede del Departamento de Estado, y mencionó entre esos grupos a los cristianos y los yazidíes.

 

Con esta calificación, Estados Unidos da un paso para aumentar la presión moral sobre el grupo yihadista y contribuir a una eventual investigación internacional sobre esos crímenes.

 

La acusación de genocidio, tras una evaluación que duró varios meses, no obliga legalmente al gobierno de EU a intensificar su campaña militar contra el grupo yihadista, pero sí puede espolear esfuerzos para investigar y hacer que el EI responda por sus delitos.

 

“Daesh (nombre alternativo del EI) es responsable de genocidio contra varios grupos en las áreas que controla, incluidos yazidíes, cristianos y musulmanes chiíes”, dijo Kerry en una declaración a la prensa en el Departamento de Estado.

 

“También es responsable de crímenes contra la humanidad y limpiezas étnicas dirigidas contra esos mismos grupos y en algunos casos también contra los musulmanes suníes, kurdos y otras minorías”, agregó el titular de Exteriores estadunidense.

 

Estados Unidos es parte de la convención de la ONU de 1948 sobre genocidio, que compromete a los países firmantes a “impedir o castigar” ese acto incluso mediante la solicitud a Naciones Unidas de sanciones u otras medidas para prevenirlo.

 

Por eso, Estados Unidos no emplea a la ligera el término genocidio y esta es la segunda vez que lo usa durante un conflicto en activo, después de utilizarlo en 2004 para describir el asesinato de miles de personas en la región sudanesa de Darfur.

 

“Debemos reconocer lo que Daesh está haciendo a sus víctimas. Debemos obligar a que los responsables rindan cuentas. Y debemos encontrar los recursos para ayudar a que quienes sufren por esas atrocidades puedan sobrevivir”, afirmó el secretario de Estado.

 

Kerry subrayó que él no es “un juez, ni fiscal ni jurado” y, en último término, “los hechos completos” sobre las atrocidades cometidas por el EI “deben salir a la luz mediante una investigación independiente y a través de la determinación legal formal de un tribunal competente”.

 

“Pero Estados Unidos apoyará decididamente los esfuerzos para recolectar, documentar, preservar y analizar las pruebas de las atrocidades y haremos todo lo que podamos para asegurarnos de que los responsables rinden cuentas”, prometió.

 

En enero, la ONU se acercó a calificar como genocidio los crímenes cometidos por el grupo yihadista en Irak.

 

Un informe conjunto de la Misión de la ONU en Irak (UNAMI) y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos determinó que las violaciones cometidas por el EI en ese país constituían un “posible genocidio”.

 

Kerry admitió hoy que, pese a sus varios meses de investigación, el Departamento de Estado no ha podido compilar un “registro completo” de los crímenes cometidos por el EI, dado el difícil acceso a muchas áreas en conflicto.

 

Pero citó, por ejemplo, el asesinato de “cientos de yazidíes” en la localidad iraquí de Kocho en 2014 y el cerco de “decenas de miles” en el monte Sinyar con la intención de “matarlos”, además de la “esclavitud y violación” de muchas mujeres y niñas pertenecientes a esa minoría religiosa.

 

También denunció que el EI ha “masacrado a cientos de chiíes turcomanos y chabaquíes” en Irak y “ejecutado a muchos cristianos simplemente debido a su fe”, además de forzar a mujeres y niñas de esa fe a “la esclavitud sexual”.