SEÚL. Estados Unidos y Corea del Sur comenzaron hoy de manera formal las negociaciones para el despliegue de un escudo antimisiles avanzado en el país asiático, en momentos en que Corea del Norte puso en condición de combate su armamento nuclear.

 

El grupo de trabajo bilateral debate el despliegue del Sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud (THAAD, por sus siglas en inglés) en territorio surcoreano, tras los ensayos nuclear y balístico llevados a cabo por Corea del Norte.

 

Entre los temas a analizar se encuentran la eficacia militar del THAAD, el lugar apropiado de despliegue, el plazo, los gastos compartidos y el impacto sobre la seguridad y el medio ambiente.

 

El líder máximo norcoreano Kim Jong-un ordenó a sus soldados estar listos para usar sus armas nucleares en cualquier momento y dispuso que las fuerzas armadas estén en modo de “ataque preventivo”, informó este viernes la prensa oficial de Corea del Norte.

 

El pasado seis de enero, Corea del Norte llevó a cabo su cuarta prueba nuclear, afirmando que se trataba de una bomba de hidrógeno, un arma mucho más potente y sofisticada que las armas nucleares convencionales.

 

El siete de febrero lanzó un misil de largo alcance, señalando que su cometido era poner en órbita un satélite de observación terrestre, pero analistas estimaron que fue la prueba de un misil balístico.

 

En respuesta, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó nuevas sanciones contra Corea del Norte el pasado martes, el cual respondió con el lanzamiento de seis misiles de corto alcance que cayeron en el mar de Japón.

 

Pyongyang ha afirmado, reiteradamente, su derecho al uso pacífico del espacio; sin embargo, las resoluciones del Consejo de Seguridad le prohíben este tipo de lanzamientos dado que la comunidad internacional considera que se tratan de una tapadera para la prueba de su tecnología de misiles balísticos intercontinentales.

 

Corea del Sur y Estados Unidos, que habían pospuesto el lanzamiento del grupo de trabajo conjunto, previsto en principio para el 23 de febrero, anunciaron el plan de despliegue del THAAD un día después de que Corea del Norte lanzó seis proyectiles de corto alcance al mar del Este.

 

Según el ministerio surcoreano de Defensa, se pretende desplegar una batería del THAAD “lo antes posible”. La batería está compuesta por una unidad de control de tiro, un radar de alta tecnología, seis lanzacohetes móviles y 48 misiles interceptores.

 

Sin embargo, el despliegue del sistema antimisiles es sumamente controvertido en el país. Las ciudades candidatas han mostrado su oposición al mismo, argumentando preocupaciones de seguridad, como las emisiones de ondas electromagnéticas del radar.

 

China también ha expresado su fuerte oposición, bajo la creencia de que el interceptor de misiles estadunidense dejaría a su país dentro del alcance de la batería y que el radar podría ser empleado para espiar a su ejército.