El término Brexit, que mucho se ha escuchado en los últimos días, se refiere a la posibilidad de que el Reino Unido de la Gran Bretaña salga de la Unión Europea. El próximo 23 de junio se realizará un referéndum para que sean los votantes quienes decidan si se quedan o no dentro de la unión: la pregunta del referéndum es sencilla pero contundente: “¿Cree que Reino Unido debe continuar siendo miembro de la Unión Europea? Sí o No”.

 

¿Por qué salir de la Unión Europea?

 

Sostienen que Reino Unido está siendo frenado por la Unión Europea, con la imposición de muchas reglas a los negocios y el cobro de miles de millones al año en tarifas de membresía a cambio de poco retorno. También quieren que el país recupere el control absoluto de sus fronteras y reducir el número de migrantes que llegan a trabajar.

 

¿Por qué quieren permanecer dentro de la UE?

 

Sostienen que el comercio con otros países del bloque es más fácil y ese gran mercado beneficiará a la economía británica.

 

Consideran que el flujo de inmigrantes, la mayoría de los cuales son jóvenes y dispuestos a trabajar, es un factor de crecimiento económico que ayuda a pagar por servicios públicos.

 

Sostienen, además, que el país es más seguro formando parte del bloque.

 

La UE ofrece ciertas reformas si la población decide que Reino Unido continúe en la zona:

 

Reino Unido podrá limitar las prestaciones sociales a los migrantes de la UE durante los primeros cuatro años de residencia en el país. La medida se llama “freno de emergencia” y podrá ser aplicada si se dan niveles “excepcionales” de migración, pero tendrá que suspenderse, sin excepción, después de siete años.

 

La Gran Bretaña podrá conservar la libra esterlina y comerciar con ella en el bloque, sin temor a discriminación.

 

Hay un compromiso explícito de que Reino Unido “jamás” será parte de una “unión más estrecha” con otros miembros de la UE.

 

Reino Unido podrá restringir la entrada de ciudadanos de países por fuera de la UE que estén casados con ciudadanos de la UE como parte de las medidas para frenar los matrimonios “arreglados”. También podrá excluir a las personas que sean consideradas un riesgo de seguridad, aun cuando no tengan antecedentes penales.

 

“Los costos económicos de abandonar la Unión Europea serían mayores a los beneficios”. Así resume Moody’s en un informe publicado el lunes pasado las importantes consecuencias que tendría para el Reino Unido su posible salida de la UE; además advierte que “habría un periodo de inestabilidad que afectaría negativamente a las inversiones”. Esta situación “dañaría a las exportaciones” e incluso podría debilitar “las perspectivas de crecimiento de Reino Unido”. Como consecuencia de todo ello, la agencia calificadora señala que “la decisión de abandonar la Unión Europea sería negativa para la calificación crediticia del Reino Unido”.

 

Su divisa se mantiene presionada en 1.41 dólares por libra sin descartar antes del referéndum poder buscar validar sus mínimos de 2009, en 1.38 dólares.

 

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