LONDRES. El primer ministro británico, David Cameron, defendió las ventajas de permanecer en una Unión Europea “reformada” ante un Parlamento en el que más de un centenar de diputados han expresado su intención de hacer campaña para romper los lazos con el bloque comunitario.

 

La mayoría de los parlamentarios que apuestan por el brexit son miembros del Partido Conservador que disienten de la línea oficial, entre ellos el alcalde de Londres, Boris Johnson, que no perdió la oportunidad de criticar desde la bancada “tory” el acuerdo logrado el viernes en Bruselas.

 

El jefe del Gobierno, para quien el Reino Unido debe “liderar” la UE “desde dentro”, respondió a las críticas subrayando que el acuerdo “devuelve poderes en economía e inmigración” y, sobre todo, aparta “para siempre” al país del propósito de forjar una Unión cada vez más estrecha.

 

Cameron adoptó un tono vehemente para combatir la idea de que votar “no” a la UE en el referéndum de junio podría servir para forzar a Bruselas a una negociación aún más profunda y convocar acto seguido una segunda consulta, una propuesta que sugirió hace meses Johnson y que había vuelto a cobrar fuerza en los círculos políticos de Westminster.

 

“Esta es una decisión vital para el futuro de nuestro país y debemos dejar claro que es una decisión final”, dijo Cameron, que subrayó que si la opción de salir de la UE gana la votación se iniciará un proceso de dos años para abandonar el bloque.