Desde minutos antes de las 06:00 horas de la mañana, algunas de las principales vialidades de la Ciudad de México fueron cerradas ante el recorrido que realizó el papa Francisco desde la Nunciatura Apostólica hasta el Aeropuerto Internacional capitalino.

 

Ante ello, los ciudadanos corren apresurados para intentar buscar otras alternativas para llegar a tiempo a sus lugares de trabajo; mientras otros se resignan a llegar unas cuantas horas tarde, pues ni siquiera pueden avanzar o echarse de reversa para salir del tráfico.

 

Y es que para algunos usuarios de transporte público y automovilistas que se quedan atorados en el tráfico hasta por una hora y media o más, en algunas ocasiones, la visita del sumo pontífice “ha puesto por completo de cabeza a la ciudad”.