Las fotos más icónicas de la versión británica de Vogue centran una exposición que la National Portrait Gallery de Londres dedica al centenario de esta revista, cuyo estilo editorial no pasa de moda y es sinónimo de calidad y sofisticación.

 

La exhibición “Vogue100: A Century of Style”, que se inaugura mañana, es un recorrido por las décadas que marcaron tendencias y un reflejo de los cambios sociales y políticos del momento, además de mostrar a las personalidades que hicieron historia.

 

“Vogue es sinónimo de calidad, de valores de producción y de lo mejor de todo, no sólo de los nombres de los grandes fotógrafos, sino de la gente que hay detrás de ella”, dijo hoy a Efe el comisario de la exposición y editor colaborador de la versión británica de la revista, Robin Muir, en el pase de prensa previo.

 

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La muestra, que podrá verse hasta el 22 de mayo, ocupa varias salas del museo y se presenta en forma de túnel del tiempo, desde las últimas fotografías de la publicación mensual hasta el año 1916, cuando Condé Nast, propietario de la versión estadunidense, dio su visto bueno a la edición en el Reino Unido.

 

Condé Nast autorizó la impresión ante las dificultades en el transporte transatlántico de American Vogue por el estallido de la I Guerra Mundial, y su éxito en tierras británicas fue inmediato, lo que dio paso a diez décadas ininterrumpidas de publicación.

 

Las salas de esta exposición están divididas por décadas y muestran material único de los archivos de Condé Nast, con portadas de las distintas ediciones y cientos de fotografías, tanto en blanco y negro como en colores, de todos los tamaños.

 

Hay desde imágenes diminutas hasta una que ocupa una pared entera del diseñador británico Alexander McQueen fumando un cigarrillo y con las brazos apoyados en una calavera, que Tim Walker tomó en 2009.

 

 

De una calidad exquisita, las instantáneas pertenecen a los fotógrafos de moda más renombrados de los últimos cien años, desde Cecil Beaton, Irvin Penn o Lord Snowdon hasta los más célebres de los últimos años, como Patrick Demarchelier y Mario Testino.

 

Estos fotógrafos retrataron no sólo a las modelos del momento sino a artistas o personalidades que hicieron historia, como Henri Matisse, Francis Bacon, Lucian Frued, Damien Hirst, Fred Astaire, David Beckham o la princesa Diana.

 

Entre las imágenes más icónicas están las que le hizo Corinne Day a la modelo británica Kate Moss en ropa interior, en 1993, así como unas de la II Guerra Mundial del corresponsal de guerra de Vogue, Lee Miller, o las del primer fotógrafo de moda, Baron de Meyer.

 

 

También aparece la de Patrick Demarchelier a lady Diana en diciembre de 1990, cuando la exmujer del príncipe Carlos de Inglaterra era el rostro más reconocido.

 

Para el director de la National Portrait Gallery, Nicholas Cullinan, “British Vogue” ha creado “algunas de las imágenes más memorables e influyentes de la historia de la moda”.

 

Según Cullinan, las personalidades que aparecen en la muestra y los fotógrafos que las retrataron, como Marlene Dietrick, de Cecil Beaton; o Kate Moss, de Mario Testino, representan un “retrato extraordinario” de su tiempo y una “visión panorámica” de un siglo.

 

La exhibición, con muchos blancos, da la impresión al visitante de pasar por las páginas de una edición de la publicación.

 

 

Según los organizadores, British Vogue ha mostrado la moda en el contexto de su tiempo, “cómo los británicos se visten, se entretienen o comen y quienes son las personas que les inspiran”.

 

“Vogue lo está haciendo tan bien hoy como lo ha hecho siempre”, aseguró el comisario.