LONDRES. El primer ministro británico, David Cameron, consideró que el borrador presentado en Bruselas sobre las reformas de la Unión Europea proporciona el “cambio sustancial” que demanda Londres, aunque “falta trabajo por hacer”.

 

Tras varios días de intensas negociaciones entre el “premier” y los líderes de instituciones europeas, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, puso sobre la mesa un posible plan que contempla concesiones al Reino Unido, a fin de alcanzar un acuerdo en la cumbre de la UE de los próximos 18 y 19 de febrero.

 

De ser aprobado por los Veintiocho, Cameron podría convocar el prometido referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en el bloque comunitario el próximo junio, posiblemente el jueves 23, según apuntan los medios británicos.

 

El líder tory, que informará hoy en el Parlamento sobre su respuesta al documento, ha calificado hoy el texto como “un verdadero progreso”.

 

A su juicio, el borrador da fórmulas para satisfacer los cuatro aspectos en los que solicitaba cambios: el mercado único, la inmigración de los ciudadanos comunitarios, la competitividad y la integración europea.

 

Una de las exigencias más controvertidas presentada por Cameron y luego concedida por Tusk fue la posibilidad de que el Reino Unido restrinja las prestaciones sociales a los inmigrantes comunitarios, medida con la que se quiere limitar la cantidad de personas en busca de trabajo. La libertad de movimiento de los trabajadores es uno de los logros más celebrados de la UE.

 

La cuestión de una mayor soberanía también está incluida. El documento propone un sistema de “tarjeta roja”, que permitiría que el 55% de los Parlamentos nacionales se uniesen para frenar o reformar una propuesta de ley europea en un periodo de 12 semanas después de que haya sido presentada.

 

En cuanto a la gobernanza económica, el texto aborda los temores del Reino Unido a que una mayor integración de la eurozona -de la que no es miembro- dañe sus intereses. La normativa relacionada con la zona euro respetará las “competencias, derechos y obligaciones” de los países que no forman parte de ella y no podrán suponer una barrera al comercio, apunta la propuesta.

 

Tras conocerse el plan, la patronal británica de empresarios -Confederación de la Industria Británica (CBI)- lo calificó de “importante hito en el camino hacia un acuerdo, que podría traer cambios positivos a la UE, que beneficiarán no solo al Reino Unido sino a toda Europa”.

 

Por el contrario, el cofundador de la campaña a favor de abandonar la UE, Richard Tice, acusó a Cameron de “intentar engañar a los británicos, diciendo que hay cambios sustanciales” pues, en su opinión, “no hay nada excepto una reafirmación del existente status quo”.