El ingenio científico se ha servido tradicionalmente de la innovación, para simplificar los procesos de fabricación o para reducir los costes de producción, además de para embellecer la estética de los objetos punteros en tecnología y mejorar su usabilidad. Pero también para salvar vidas de civiles en zonas de conflicto o de damnificados por catástrofes naturales.

 

Un interesante ejemplo de esa alianza es la Mine Kafon, una enigmática esfera concebida por el diseñador afgano Massaoud Hassani y alimentada con energía eólica para limpiar los campos de minas que forma parte de los 100 objetos que se muestran hasta el próximo 6 de marzo en la exposición “Inovation / Design” del Museo de Artes y Oficios de París.

 

Ese particular ingenio, con firma del estudio holandés de Hassani, está construido con plástico biodegradable y ensamblado con bambú, tiene un diámetro de 190 centímetros y pesa 70 kilos.

 

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La forma esférica de la Mine Kafon, que encierra un dispositivo de geolocalización GPS, le permite explotar a su paso las peligrosas minas antipersona, de las que se estima hay enterradas unos 110 millones en más de 60 países de todo el mundo y que causan la muerte de entre 15,000 y 20,000 personas cada año, el 79 % de ellos civiles.

 

El aparato, premiado en diversos concursos de diseño y antaño huésped también del museo MOMA de Nueva York, podría abaratar sensiblemente el coste de extirpar esos mortales aparatos del suelo, pasando de los 1.000 dólares por mina de la actualidad a solo 40 si la Mine Kafon se produjera de manera industrial. Para financiar su desarrollo, sus creadores comercializan copias en miniatura a través de su página web (minekafon.org).

 

La misma exposición se fija también en la cama Leafbed, un camastro concebido para emplearse cuando es necesario dar cobijo temporal a un gran número de personas como consecuencia de un terremoto o una inundación.

La historia del mundo, en objetos

 

Construido solo a base de cartón, la Leafbed puede soportar hasta 300 kilos de peso y es modulable, con lo que puede transformarse en mesa, taburete o en camas de diferentes tamaños. Además de emplearse en dormitorios sirve para improvisar escuelas, características que han llevado a las Naciones Unidas ha emplear este singular objeto en catástrofes naturales en Kenia o Panamá.

 

 

De las primeras bicicletas metálicas de la Belle Époque a las modernos velocípedos de carbono, de las primitivas máquinas de escribir a los sensuales ordenadores portátiles o de las arcáicas bombillas incandescentes a las modernos dispositivos LED, invención y diseño han ido de la mano. Ahora también con productos eco-humanitarios.