Cerca de 30 mil niños migrantes centroamericanos han sido detenidos entre enero y octubre de este año en México, según datos de la Unidad de Política Migratoria (UPM) de la secretaría de Gobernación (Segob).

 

En los primeros diez meses de este año, periodo del registro, el Instituto Nacional de Migración (INM) detuvo a 29 mil 217 menores de edad, cifra que superó en 6 mil 121 al mismo periodo de 2014 y en 19 mil 587 al registro de 2013.

 

La cifra supera en 27 % a la correspondiente al mismo periodo de años anterior.

 

Guatemala, Honduras y El Salvador concentran el 97.6 % del total de los menores migrantes detenidos por las autoridades migratorias mexicanas, mientras que el 2.4 % restante corresponde a otros países.

 

Los menores guatemaltecos encabezan la lista con 12 mil 649, siguen los hondureños con 7 mil 707 y los salvadoreños con 6 mil 210, unas cifras que refieren a personas ingresadas en las estaciones migratorias bajo el procedimiento administrativo de presentación por no acreditar su situación migratoria.

 

Según el documento, en estos diez meses, el flujo de guatemaltecos es el que más ha aumentado y ya superó a lo registrado en todo 2014 en 76 %.

 

El total de menores está clasificado en hombres y mujeres y en edades de 0 a 11 años y de 12 a 17 años.

 

Hubo 11 mil 034 menores pertenecientes a la primer franja de edad, mientras que de la segunda fueron 18 mil 183, y en este flujo hay una mujer por cada dos hombres, y seis de cada diez son adolescentes de entre 12 y 17 años.

 

El Gobierno mexicano creó en 2014 el plan Frontera Sur para ordenar el flujo de personas en la frontera sur, pero este ha sido el detonante para perseguir y criminalizar a los indocumentados, adultos y menores durante su paso por el país.

 

Los menores migrantes centroamericanos han replicado la conducta de miles de sus compatriotas adultos, quienes intentan cruzar a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades de vida, pero durante su travesía por México enfrentan el riesgo de caer en manos del crimen organizado o de autoridades corruptas.

 

En muchos casos los menores van en busca de sus padres, pero también van en busca de trabajo para ayudar al sostén de sus familias.