Durante el periodo vacacional decembrino, la incidencia de robo a casa habitación en el país registra incrementos de hasta el 20%. Aunque actualmente hay sistemas de seguridad y monitoreo a precios accesibles, uno de los mejores recursos para evitar ser víctima del delito radica en la comunicación con los vecinos y la gente alrededor de su vivienda.

 

De acuerdo con cifras de las autoridades, así como de la Asociación Nacional de Empresas de Seguridad Privada (AMESP), tan sólo en los 15 días que implican un asueto a partir de la entrega del aguinaldo y hasta lo que es el Año Nuevo, ese tipo de robos crecen en un promedio de entre el 18 y el 20% a nivel nacional.

 

En entrevista con 24 HORAS, el presidente de AMESP, Roberto Rivera Mier, señaló que según las estadísticas del INEGI sobre dicha incidencia, el 16% de los casos estuvo presente la víctima, y en el 84% restante no había nadie en casa, lo cual dijo refleja el modus operandi que hoy emplean los ladrones para saquear algún domicilio en esas fechas, en su mayoría sin uso de violencia y cuando la casa está sola.

 

“Hoy, hay una mayor selección por parte de los ladrones, no son robos aleatorios, se fijan en dónde está, quién está, se valen de información que les da cierta certeza de que la familia no estará por un determinado tiempo”, refirió el también director de relaciones institucionales de la empresa ADT, empresa líder a nivel mundial en sistemas de monitoreo y seguridad electrónica.

 

Actualmente, indicó Rivera Mier, los asaltantes suelen ingresar a través de ventanas pequeñas de la casa o el departamento, por ejemplo, la ventana que está en el baño, por donde cabe una persona de baja estatura o un niño, que últimamente suelen ser utilizados para ingresar. Lo mismo refirió sobre los domos o tragaluz, pues muchas de las viviendas están juntas y comparten la misma azotea, en el caso de casas particulares de un solo piso.

 

Antes, la gente sabía como se llamaban los vecinos, conocían al de la tiendita de la esquina, al cartero, en fin, en general ese trato y comunicación creaba un cerco de seguridad, ahora es penoso saber que ni aunque viven en casas contiguas no se conocen, y mientras más nos aislamos hacemos que aumente nuestra vulnerabilidad”.

 

Según el presidente de AMESP, el hecho de contar con un sistema de alarma o monitoreo que ayude a prevenir ser víctimas de un robo, es una probabilidad más cercana y económica que en años anteriores.

 

Minimizar riesgos

 

“Los sistemas de alarmas y videovigilancia remota son herramientas idóneas para minimizar los riesgos durante las ausencias en casas habitación para las vacaciones”, señaló.

 

En lo que respecta al Distrito Federal, las cifras que reporta la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) indican que en el periodo de diciembre a enero, en promedio la incidencia de robo a casa habitación con violencia registra entre los 90 y 140 casos, y los hurtos sin violencia registran entre los 800 y mil robos durante el bimestre.

 

Recomendaciones de seguridad

 

-Procurar tener un familiar o persona de confianza que sepa dónde localizarlos y solicitarle que recoja el correo

 

-Mantener la entrada del hogar despejada y con iluminación con fotoceldas o timer para encender luces estratégicas a determinadas horas

 

-Procurar no dejar basura, ni árboles o pasto sin podar

 

-Evitar dar a conocer los planes de salir de vacaciones a través de redes sociales, pues hay personas atentas a ese tipo de información

 

-Procurar contar con un sistema de alarma o monitoreo, o por lo menos un sensor de luz que detecta el paso de alguien a cierta distancia de la casa

 

– No deje herramientas o escaleras a la mano, pues puedan ser usadas para allanar su domicilio

 

Claves

 

-Entre 250 y 700 pesos mensuales cuesta un sistema de monitoreo de alarmas de última generación.

 

-Durante diciembre de 2014 y enero de 2014, en el DF se registraron:

 

91 robos a casa habitación violentos.

 

687 robos a casa habitación sin violencia.

 

2,186 robos a transeúnte con violencia.

 

649 robos a transeúnte sin violencia.