PARÍS. Después de cuatro años de negociaciones globales, dos semanas de negociaciones intensas y más de un par de noches sin dormir, funcionarios de casi 200 naciones reunidos en París alcanzaron un acuerdo histórico para frenar el cambio climático.

 

El sábado, el país organizador de la cita, Francia, presentó un borrador del acuerdo global sobre clima que calificó como una medida “histórica”. Ese borrador fue aprobado prácticamente sin cambios.

 

A continuación, algunos detalles del texto:

 

Finanzas

 

Las naciones desarrolladas prometieron en 2009 movilizar 100 mil millones de dólares anuales al 2020 desde fuentes tanto públicas como privadas para ayudar a los países en desarrollo a limitar sus emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a inundaciones, olas de calor y al aumento del nivel del mar.

 

Consagrar esta cifra en lenguaje jurídico fue uno de los mayores puntos de fricción de las conversaciones, ya que delegados dijeron que el Congreso de Estados Unidos posiblemente nunca ratificaría un compromiso para que países en desarrollo sigan aumentando esa cantidad de fondos desde 2020.

 

En las decisiones no vinculantes que acompañan el texto, el acuerdo dice que las autoridades establecerán al 2025 “un nuevo objetivo colectivo cuantificado de un piso de 100 mil millones de dólares por año, teniendo en cuenta las necesidades y prioridades de los países en desarrollo”.

 

Objetivo a largo plazo (grados)

 

En 2010, la Cumbre del Clima de la ONU realizada en México adoptó un objetivo de limitar el aumento del promedio de las temperaturas a menos de dos grados Celsius sobre las de la época preindustrial, un nivel que a juicio de científicos podría ser un punto de inflexión para el clima.

 

Pero muchas naciones vulnerables dicen que un aumento de 2 grados Celsius pondría en peligro su propia existencia si los niveles del mar se elevan, presionando con fuerza para establecer una meta de 1.5 grados. Estos países encontraron el apoyo de más de 100 naciones, entre ellos el bloque de la Unión Europea y Estados Unidos.

 

El borrador final del texto establece un objetivo “muy por debajo de los 2 grados Celsius sobre las de la época preindustrial”.

 

Objetivo a largo plazo (emisiones)

 

El texto final dice que las naciones deben “tratar de alcanzar a la brevedad un punto máximo mundial de emisiones de gases de efecto invernadero, reconociendo que esta cota va a tomar más tiempo para algunos países en desarrollo”.

 

El documento sostiene que para lograr el objetivo a largo plazo sobre la temperatura establecido por el acuerdo, las partes se centrarán en alcanzar un equilibrio entre las emisiones antropógenas de las fuentes y la absorción por los sumideros de gases de efecto invernadero en la segunda mitad de este siglo.

 

Pérdidas y daños

 

Las naciones en desarrollo buscan un mecanismo a largo plazo para ayudar a enfrentar las pérdidas y los daños causados por desastres tales como tifones o los impactos de la subida progresiva del aumento del nivel del mar.

 

Borradores anteriores reconocieron la importancia de evitar, minimizar y atender estos daños y perjuicios, pero ofreciendo opciones divergentes.

 

Un mecanismo internacional existente para hacer frente a inevitables pérdidas y daños causados por el cambio climático forma parte importante del borrador.

 

Creciente ambición

 

Mucho antes de que se iniciaran las conversaciones de París, estaba claro que las promesas hechas por 186 naciones para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero más allá de 2020, la columna vertebral del acuerdo de París, eran demasiado débiles.

 

En línea con la fecha debatida en el borrador del jueves, el nuevo texto estipula una “primera evaluación global en 2023” y, a partir de ahí, cada cinco años a menos de que se decida otra cosa.

 

Mercados de carbono

 

El borrador no contiene ninguna mención explícita de los mercados de carbono, ni de la posibilidad de imponer sanciones sobre el uso de carbono para la aviación y el transporte marítimo.

 

Diferenciación

 

Las naciones en desarrollo dicen que las naciones ricas debiesen continuar tomando la iniciativa en la reducción de las emisiones y proporcionando financiación. Las naciones desarrolladas, por su parte, argumentan que muchos países que se han convertido en ricos en el último tiempo deben hacer más.

 

El nuevo texto establece que los países desarrollados proporcionarán recursos financieros para ayudar a los países en desarrollo y que otros “son instados a proporcionar o seguir proporcionando este apoyo de manera voluntaria”.