Ante la eventual entrada en operación de una nueva bolsa de valores, el director general de la BMV, José Oriol Bosch Par, consideró que uno de los riesgos es que la competencia ocasionaría la fragmentación del mercado, en lugar de agregar valor para los inversionistas o las emisoras.

 

El mercado bursátil mexicano, que actualmente integra a 145 empresas emisoras, no tiene aún el tamaño suficiente para una nueva bolsa, respondió al ser cuestionado sobre la solicitud presentada en octubre pasado por la empresa Central de Corretajes (Cencor) a la Secretaría de Hacienda para organizar y operar otro mercado de valores en México.

 

De obtener la autorización para crear la Bolsa Institucional de Valores (BIVA), que abriría las puertas a las pequeñas y medianas empresas a finales de 2016, el mercado regresaría al modelo que predominó entre 1950 y 1970, cuando existían tres bolsas de valores, la de Monterrey, Nuevo León, la de Guadalajara, Jalisco y otra más en la capital del país, pero que se fusionaron en 1975 para conformar la BMV.

 

México sería el cuarto país latinoamericano en tener más de una bolsa de valores, pues Brasil cuenta con tres mercados de este tipo, mientras que Honduras y Ecuador tienen dos.

 

Sin embargo, para el directivo el sector está muy lejos de alcanzar el número de inversionistas y emisoras necesario para compararse con los mercados de países desarrollados, principalmente, debido a la falta de cultura bursátil.

 

¿El mercado tiene el tamaño suficiente para dos bolsas?

 

No. Lo que falta en el mercado mexicano son inversionistas y emisoras, pero no faltan bolsas. Si comparamos con otros mercados en donde hay más de una bolsa, ese mercado ha llegado ya a un nivel de crecimiento, de número de emisoras y de inversionistas mucho más grande en cualquiera de las métricas que podamos usar como comparativo, pero en México todavía estamos lejos.

 

Es bueno que haya más de una bolsa, pero quizás no es el momento todavía, quizás estamos en una etapa de crecimiento y todavía faltaría para que llegáramos a un punto donde ya agregaría valor tener una segunda bolsa, y no sólo una segunda, lo que se está abriendo hoy en día es que haya más de una bolsa.

 

¿Cómo recibiría el mercado a esta nueva bolsa?

 

Lo verían bien, tanto el emisor, como el inversionista, siempre y cuando el mercado crezca. Si la competencia va a ser para repartir un mercado existente con un tamaño definido y canibalizarse, yo creo que ahí no va a agregar valor, va a fragmentarse.

 

¿Cómo evitar esta fragmentación?

 

Es bien importante la labor que hagan las autoridades financieras y los reguladores, precisamente para que la competencia agregue valor. Si la regulación para un nuevo competidor exige menos de lo que tenemos nosotros hoy en día, igual y acabamos creando una tercera bolsa, y luego una bolsa low cost o una bolsita. Ese es uno de los riesgos que pudiéramos tener.

 

¿Qué falta para llegar al tamaño de los países desarrollados?

 

Lo que falta es que haya más cultura financiera y bursátil en el país. Si ves el número de inversionistas que tenemos en el país que invierten en una cuenta de casa de bolsa o que invierten en el mercado de capitales a través de una sociedad de inversión de renta variable, el número es muy pequeño comparado con cualquier otro país.

 

Por el lado del emisor, falta mucha cultura en el sector empresarial para la inversión bursátil en deuda y capitales.

 

¿Qué acciones han tomado para fomentar la cultura bursátil?

 

En el año recorrimos varios estados y hemos estado enfocándonos en la promoción. Lo que queremos no es que el empresario quiera irse a emitir deuda o capitales, queremos que conozcan que la bolsa es uno de los pilares de financiamiento, lo ponga en la mesa y valore los pros y los contras.

 

¿Cuáles son los resultados?

 

Estamos trabajando con algunas empresas que a partir de esta gira demostraron interés, pero toma tiempo, porque hay retos como la parte de la información financiera y la parte de gobierno corporativo.