WASHINGTON. La Casa Blanca confía en que la Suprema Corte de Justicia fallará a favor de las medidas ejecutivas de alivio migratorio del presidente Barack Obama a partir de los precedentes legales establecidos por otros gobiernos en la materia.

 

“Continuamos creyendo en el poder legal de los argumentos que hemos hecho por casi un año, y la importancia de darle a la policía la discreción para aplicar nuestras leyes migratorias de forma que se enfoquen en quienes si representan una amenaza a nuestra seguridad y comunidades”, dijo el vocero presidencial Josh Earnest.

 

El Departamento de Justicia anunció la víspera que apelará ante la Suprema Corte el dictamen de la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito de Nueva Orleans que mantuvo el freno a la implementación de las acciones de alivio migratorio.

 

La administración Obama llevará ante la última instancia judicial del país para su desahogo final, el litigio legal que mantiene con 26 estados que se oponen a las acciones ejecutivas que el mandatario anunció en noviembre de 2014.

 

El dictamen emitido el lunes pasado por un panel de tres jueces mantuvo la suspensión dictada por el juez federal Andrew Hansen para que el gobierno implemente las medidas ejecutivas, en respuesta a la demanda de esas 26 entidades, encabezadas por Texas.

 

En noviembre de 2014, Obama dictó dos acciones de alivio migratorio después de que los republicanos dejaron en claro su negativa para aprobar una reforma migratoria durante su administración.

 

Bajo estas acciones el gobierno ampliaría el Programa de Acción Diferida para Llegados en la Infancia (DACA), beneficiando a unos 300 mil jóvenes indocumentados adicionales, en adición a los 900 mil beneficiados con el programa inicial.

 

Además pondría en vigor una variante para adultos de esa iniciativa conocida como DAPA, y la cual buscaba beneficiar a más de cuatro millones de inmigrantes indocumentados que son padres de menores ciudadanos estadunidenses, o bien que son residentes permanentes.

 

Earnest culpó a los republicanos de la situación actual y dijo que su cerrazón para una amplia reforma migratoria sólo ha servido para perpetuar el ineficiente sistema de migración y hacer más difícil la tarea de las agencias migratorias.

 

“El presidente rescindiría con gusto sus órdenes ejecutivas para que el Congreso aprobara una legislación que se convierta en ley”, dijo al ser cuestionado sobre una solución negociada sobre un tema que ha enfrentado al mandatario con los republicanos desde el inicio de su gestión.