Estados Unidos hará una “investigación completa” para aclarar lo ocurrido en la ciudad afgana de Kunduz, donde presuntamente aviación estadunidense bombardeó este sábado un hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) causando la muerte de al menos 12 miembros de su personal y 7 pacientes.

 

El jefe del Pentágono, Ashton Carter, aseguró hoy no poder confirmar los detalles del suceso, pero indicó que se llevará a cabo “una investigación completa” en colaboración con las autoridades afganas para averiguarlo.

 

“La zona ha sido escenario de intensos combates de los últimos días. Las fuerzas estadunidenses en apoyo de las Fuerzas de Seguridad afganas estaban operando cerca, al igual que los combatientes talibanes”, añadió el jefe del Pentágono.

 

“Aunque todavía estamos tratando de determinar exactamente lo que pasó, quiero expresar mis pensamientos y oraciones a todos los afectados”, dijo Carter, quien agregó que Estados Unidos continuará trabajando con sus socios afganos para poner fin a la violencia que vive Kunduz.

 

Las imágenes difundidas tras el ataque, en el que murieron también una decena de terroristas, mostraban parte del austero centro sanitario de planta baja calcinado por las llamas, mientras los supervivientes se amontonaban en las zonas que no habían sido dañadas.

 

Por su parte, el coronel del Ejército estadunidense Brian Tribus, portavoz de las fuerzas de Estados Unidos en Afganistán, confirmó en un comunicado que llevaron a cabo un ataque aéreo en Kunduz a las 02:15 hora local, momento en que MSF asegura que comenzaron los bombardeos.

 

Según Tribus, el ataque estaba dirigido “contra individuos que amenazan a las fuerzas” estadunidenses, y que el ataque “pudo haber causado daños colaterales a un centro médico cercano”.

 

“El bombardeo continuó durante más de 30 minutos después de que las autoridades militares estadunidenses y afganas fueran informadas en Kabul y Washington”, denunció MSF, que aclaró que todas las partes en conflicto conocían sus coordenadas exactas.

 

El hospital, el único con servicios de traumatología y cirugía en toda la región y en el que trabajaban 80 miembros de MSF, atendía a un centenar de pacientes en el momento del bombardeo que dejó “parcialmente destruido” el recinto, según la ONG.