Hasta el momento, tres académicas han manifestado abiertamente sus intenciones de convertirse en rectoras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), institución que nunca ha tenido a una mujer en ese cargo.

 

Se trata de la directora de la Facultad de Ciencias, Rosaura Ruiz; de la Facultad de Derecho, Leoba Castañeda Rivas; y de la catedrática de la Facultad de Química y ex directora de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, Suemi Rodríguez Romo; en los pasados dos periodos, todas ellas intentaron -sin éxito- obtener el cargo que en noviembre dejará José Narro Robles.

 

Rosaura Ruiz Gutiérrez compitió contra Narro Robles en el periodo 2007-2011 e incluso llegó a la etapa final de la elección para la Rectoría, la cual consiste en ser entrevistada por la Junta de Gobierno.

 

La semana pasada, durante un acto para anunciar sus intenciones, Leoba Castañeda Rivas prometió que sumará a su plan de trabajo las propuestas de maestros, alumnos y trabajadores de la universidad.

 

Ayer lunes, Suemi Rodríguez Romo dio a conocer que quiere ser Rectora; prometió que buscará entregar alumnos con mayores niveles de ética y que llevará a la UNAM a ser reconocida a nivel mundial.

 

Tanto Rodríguez Romo como Castañeda Rivas también llegaron a la última fase de la elección -lo que quiere decir que fueron entrevistadas por la Junta de Gobierno- durante el proceso para el periodo 2011-2015.

 

 Piden debate público

 

De manera paralela a los “destapes” -que continuarán todavía durante esta semana- 89 académicos encabezados por John Ackerman  firmaron una carta, dirigida a la comunidad universitaria, para exigir a los aspirantes a ocupar la rectoría a que presenten y debatan públicamente sus planes de trabajo y también a que participen en un proceso de debate con estudiantes, trabajadores y académicos.

 

La principal crítica de los firmantes es que el procedimiento para elegir al rector se ha mantenido cerrado y en la opacidad, pues los debates de la Junta de Gobierno, las entrevistas a los aspirantes y -finalmente- la determinación sobre quien encabezará a la Universidad, se llevan a cabo a puerta cerrada y sin la participación directa de la comunidad.

 

“Es necesario impulsar la democratización de la UNAM, de sus órganos de gobierno y sus procesos decisionales.  El llamado proceso de auscultación ha significado, a lo largo de la historia de nuestra universidad, una exclusión de la participación de la comunidad. Es por ello que hoy demandamos un verdadero ejercicio democrático”, mencionan los firmantes en su carta.
Los académicos pidieron a los aspirantes a la Rectoría que consideren en sus planes de trabajo los graves “peligros” a los que se enfrenta la Universidad pública y propongan estrategias para enfrentar estos retos, como son el recorte o congelamiento del presupuesto público destinado a las Instituciones de Educación Superior (IES) y la siguiente fase de la reforma educativa que -de acuerdo con especialistas- tendrá que contemplar a la Educación Superior.