MORELIA. Gregorio López Gerónimo, mejor conocido como Padre Goyo, mandó una carta al Papa Francisco en donde le da las gracias por no venir a México, sabiendo que en esto momentos “México está siendo castigado”.

 

El Padre Goyo habla en su carta sobre los problemas de los mexicanos, de Enrique Peña Nieto, de la iglesia; así como de su visita a otros países y señala:

 

“Gracias Francisco por no venir a México, sabes bien de los problemas que aquejan a nuestro país, tú mismo dijiste que nuestro México está siendo castigado, los mexicanos aún no hemos sabido hacer un verdadero examen de conciencia, o bien no hemos querido hacerlo, porque tememos voltear a ver las deudas que tenemos con algunos sectores de nuestra población, quizás ellos son las mayorías: los empobrecidos, los excluidos, los discriminados, las mujeres violentadas, los niños abusados, los indígenas despojados… y una larga lista que nos hace recordar que efectivamente tenemos una deuda con los crucificados o como tú les llamas “los descartados” de nuestra sociedad.

 

Gracias Francisco, por no venir a México, a encontrarte con la jerarquía mexicana, los príncipes de la iglesia, a los que tú mismo has criticado caritativamente, una iglesia apoltronada, dormida en sus laureles, una iglesia farisaica, sepulcros blanqueados que imponen dolorosas cargas morales sobre sus feligreses, pero que ni ellos mismos son capaces de llevar a cuestas, sabes de los curas pederastas y de los obispos encubridores, tú mismo les has pedido su renuncia, también sabes del silencio inmoral de los “pastores”, mejor dicho “lobos rapaces” que guardan silencio frente a la injusticia y la violencia, pero que alardean cuando se trata de leyes que afectan a sus intereses.

 

Gracias Francisco, por estar haciendo de la iglesia “una iglesia pobre para los pobres”, gracias por ser voz de los sin voz, rezo por ti y porque algún día nuestra iglesia mexicana, se acerque un poco a tu proyecto, al proyecto de Jesús de Nazaret, que nos trae la alegría de su evangelio. Serás bienvenido a este suelo Guadalupano, cuando el clero permita que Jesucristo se encarne de nuevo, que vuelva a ser el Emmanuel, el “Dios con su pueblo”, porque hoy está “desencarnado”, está bajo arresto domiciliario en los templos y no tiene nada que ver con la vida del país, con la política, la economía, la seguridad, el desarrollo, la educación, hoy está secuestrando en los templos bajo la custodia de una cuantas viejitas de la vela perpetua, pero excomulgado para los pobres, los huérfanos, las viudas, los migrantes y presos injustamente.

 

Te esperamos pronto para que lleves a los altares a este insigne pastor de los tarascos, porque necesitamos quien, como tu Francisco y como Tata Vasco, nos muestren el Cristo de verdad y no el de mentiras, no el de Dios de ultratumba y justiciero, sino el de aquí y ahora y justo y rico en misericordia.

 

Si vienes algún día a México y coincido contigo, sería hermoso verte atravesar la frontera por Ciudad Juárez, como los miles de hermanos migrantes”. Concluye la carta.