Hace un par de días, Apple presentó una nueva familia de productos. Habló de su Apple Watch, un nuevo iPad, también la renovada versión de su Apple TV, y finalmente, hizo lo propio con su producto estrella, el iPhone.

 

Una de las diferencias que cada vez es más notoria entre la gestión de Tim Cook como CEO de la empresa, y la de los años en que Steve Jobs hizo renacer la empresa, es que Cook toma decisiones mucho más pensando en el mercado, en las necesidades del consumidor, y en cómo competir, en contraste con una visión más romántica sobre el rol de sus productos en la historia de la humanidad que tenía Jobs y que siempre pareció más importante que el éxito comercial que sus productos podrían tener. Y el más reciente evento de la compañía, es una clara muestra de ello.

 

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Cook empezó hablando del Apple Watch, y la razón es contundente: necesitan promoverlo más, pues aunque no se tienen cifras oficiales de ventas, el desplazamiento de este producto no goza del éxito que han tenido los miembros de la familia “i”. La atención de los espectadores al inicio de un evento como este siempre es mayor, y por eso Cook eligió ese momento para evangelizar sobre el producto que más lo requiere.

 

Veremos el impacto que esto tiene, pero dado que la expectativa de Apple gira normalmente alrededor de la capacidad de innovación, y las novedades alrededor del Watch no son demasiadas (nuevas correas, nuevos colores, algunas aplicaciones como Facebook Messenger ya disponibles, pero poco que no se pueda hacer en otro dispositivo, además del nuevo WatchOS, que busca abrir nuevas posibilidades de desarrollo de aplicaciones), no veo un cambio dramático en este mercado para los próximos meses.

 

El segundo de los lanzamientos fue el que, en principio, me pareció más interesante: iPad Pro. Si uno mira el portafolio de productos de cómputo de Apple, vemos que existía un hueco en su oferta. Por un lado, el iPad, en diferentes versiones, pero incluso la más avanzada, enfocada en el entretenimiento digital, y posibilidades básicas de productividad; en el otro extremo, su extraordinaria línea de computadoras, desde las más básicas MacBook (que en realidad no son tan básicas, y por lo mismo, su precio es bastante elevado), hasta los equipos más poderosos en capacidad de procesamiento, resolución de imagen, tamaño de pantalla, y funcionalidades. En ese hueco que Apple no atendía, se habían posicionado bien algunos dispositivos de productividad, ligeros pero poderosos, en particular la Surface Pro de Microsoft. La estrategia de mercadotecnia, -que no de producto porque el iPad Pro no deja de ser una tableta, a diferencia de la de Microsoft u otros-, es precisamente, captar ese mercado.

 

Otro de los lanzamientos del pasado miércoles, fue el renovado Apple TV, que busca retar a quienes hoy, al menos en el mercado más importante del mundo, Estados Unidos, le llevan ventaja (Roku, Google Chromecast, y Amazon Fire TV), mediante el discurso que le ha valido la conquista del mundo de la tecnología de consumo: la innovación. Cook se aventuró a decir que el Apple TV representa el futuro de la televisión, y que ese futuro está en las aplicaciones. También dotó a su equipo de tecnología con reconocimiento de voz, que combinada con tecnología de búsqueda ofrecen al consumidor formas más fáciles y novedosas de acceder al contenido. Adicionalmente, renovaron de forma importante el control mediante el cual se hace uso del equipo, al cual dotaron de una sección táctil que facilita la navegación.

 

¿Y el iPhone? No es casualidad que Cook dejara al dispositivo estrella hasta el final (o cuando la atención de un auditorio baja), pues hay muy pocas novedades en el iPhone 6S y 6S Plus (varias de las cuales hablamos hace dos semanas en este mismo espacio). No se habló de la duración de la batería, por ejemplo, los diseños no cambian, y mejoran fallas importantes de su antecesor, como la fragilidad de su pantalla, ahora diseñada con materiales de mucho mejor calidad. Aquí la estrategia de negocio es simple y sencillamente, lanzar un nuevo iPhone. Esa ha demostrado ser suficiente para gozar de éxito en cada nueva generación. Y a pesar de que los mercados no reaccionaron tan positivamente el día del evento, pues castigaron el valor de la acción de Apple, no dudo que este iPhone tenga nuevos récords de ventas, como ha ocurrido con cada una de sus nuevas generaciones desde que se lanzó al mercado.