Lo cierto es que nadie le cree y por eso fue la pregunta que más se repitió de una u otra forma. Ricardo Ferretti aseguró una y otra vez que va a dirigir a la Selección Nacional sólo cuatro partidos. Dice que su compromiso con los Tigres lo tienen sin posibilidad de seguir después y listo.

 

Pero por lo menos El Tuca aprovechó para exhibir su buen humor. Ya se sabe, había dicho que no iba a dirigir a la Selección, que preferiría ser “barrendero”, pero ahora dijo, con una enorme sonrisa enmarcada en su espeso bigote, que “más rápido cae un hablador que un cojo y mírenme a mí”.

 

Afirmó que la razón por la que toma las riendas del Tricolor es porque tiene una deuda con México, país en el que ha hecho su carrera. “Es como agradecimiento a ese futbol”.

 

Y aunque expresó claramente que lo suyo un interinato, tras el cual regresará a Tigres, dijo que eso no implica que no tenga emoción por el encargo. “Vengo con toda la ilusión del mundo y el compromiso. Es un gran orgullo y una gran satisfacción para buscar ese boleto”.

 

Ferretti llegará al Tricolor con Miguel Mejía Barón como su principal auxiliar. Justo El Tuca recordó que en el Mundial de Estados Unidos 94 él fungió como auxiliar bajo el mando de Mejía. Era, de hecho, un auxiliar un tanto misterioso, que no se dejaba ver mucho y que no aparecía en la banca. Su puesto era en la tribuna comentando con el entrenador cuestiones tácticas.

 

Por eso, Ferretti dijo que para él no es importante mantenerse en el puesto, porque ya vivió un Mundial.

 

Y muy en su tono habitual, le restó importancia a su trabajo. Dijo que si México califica a la Copa Confederaciones no será porque él sea “la mejor maravilla del mundo”.

 

“No llego como salvador ni como nada”, resumió el brasileño de 61 años que dirigirá a México contra Trinidad y Tobago el 3 de septiembre, contra Argentina el 6 y, después, el 10 de octubre contra Estados Unidos. Antes de ese juego queda un partido por definir.